Especial para La Nueva Mañana

Nuevamente, estamos a las puertas de un nuevo fin de semana largo. Ese momento ideal para descansar y, por supuesto, planificar algún viajecito que nos recargue de energía y nos permita seguir descubriendo los rincones de esta Córdoba inagotable.

Este finde largo cae justo en los últimos días del otoño, una de las estaciones más agradable para salir por los caminos serranos y disfrutar de alguna actividad al aire libre. 

Pensando en eso, les armé un listado de algunos lugares que son ideales para pasear en esta época del año. Por su paisaje particular, por el tiempo que llevan y la distancia a la que se encuentran, estos son los destinos para visitar en este feriado:

Casa Bamba

A este lugar lo elegí no solo por su belleza, sino porque el hecho de llegar hasta allí implica una aventura en sí misma: la de subirse a un tren.

Para comenzar este viaje hay que dirigirse a alguna de las estaciones desde donde sale el Tren de las Sierras. Conviene tomarlo en Alta Córdoba ya que hay más probabilidades de conseguir asiento. Desde allí, el pasaje cuesta solo 9 pesos hasta Casa Bamba. Este tren es el que hace poco extendió su recorrido y ahora llega hasta la ciudad de Valle Hermoso. Es importante chequear los horarios de regreso para no perderlo y quedar varados. Una vez en Casa Bamba, se puede hacer un sendero de una duración aproximada de una hora y media. Este recorrido nos adentra en un paisaje boscoso, con un arroyo, unas cascaditas y termina en un salto de agua mayor que es la cascada Las Violetas (o Indio Bamba, como algunos la llaman).

Para llegar al sendero hacia la cascada hay que caminar unos 800 metros por el costado de las vías del tren, en dirección hacia Cosquín, y a mano derecha está el ingreso. El camino nos espera con frondosos árboles, algunos forman galerías, muchas cascadas, ollitas y postales realmente bellas. Un recorrido admirable a cada paso que se corona con la cascada mayor de unos siete metros de alto.

Dato importante: hay que llevar provisiones, ya que solo están los vendedores de la estación de tren, pero pueden no tener todo lo necesario para este tipo de estadías.

Las Salinas 

Este destino es uno de los que está en auge en la agenda turística de los grupos de trekking, principalmente. Su difusión hizo que el foco de atención se centrara en este pequeño paraje del norte cordobés que guarda una belleza única: un extenso territorio blanco.

Las Salinas están a unos 180 kilómetros de la ciudad de Córdoba, por eso recomiendo aprovechar los fines de semana largo, para planificar una visita y recorrerlas con tiempo. Se trata de una Reserva de Usos Múltiples que ocupa unas 240 mil hectáreas y que comparte territorio con las provincias de La Rioja, Catamarca y Santiago del Estero. Es de esos paisajes que confirma la riqueza de Córdoba en cuanto a paisajes y propuestas turísticas. 

Para llegar hay que dirigirse rumbo a la Ruta 9 Norte, luego tomar la Ruta 60 y pasar las localidades de Deán Funes y Quilino. Después de estas, se llega un pequeño pueblo llamado San José de las Salinas. El paisaje árido y seco de este poblado, junto con vegetación de arbustos espinosos y cactáceas, dan un panorama típico del norte. El salar se encuentra a unos ocho kilómetros pasando el pueblo y, desde 1987, está explotado por la empresa Lisal, por lo que se puede ingresar sin problemas, pero hay ciertas partes a las que no se puede entrar. 
Sentirse como en otro planeta, admirar el horizonte blanco y los colores del atardecer, son solo algunas de las experiencias que regalan las Salinas cordobesas.

El Durazno

El valle de Calamuchita tiene un paraíso pequeño y de gran belleza. Se trata de El Durazno, un poblado que bordea el río del mismo nombre creando un paisaje variado, donde se amalgaman playitas, bosques y profundas ollas de agua.

Se encuentra a unos 138 kilómetros de Córdoba capital y se llega por la Ruta Provincial N°5 y luego hay que tomar la 228.  El Durazno es un refugio para descansar y disfrutar de la naturaleza. Cuenta con cabañas, campings y hosterías para alojarse, bares y restaurantes donde probar la gastronomía local y paseos para hacer alrededor.

Uno de ellos es la Reserva Los Cajones que es una parte donde el río, justamente, se encajona entre enormes piedras y forma ollas profundas (de hasta siete metros) y cascadas. Como telón de fondo, un gran bosque de pinos realzan la belleza del lugar que invita a contemplarlo un largo rato. 

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