El canto de aliento de la gente al final dejó en claro las sensaciones generales luego del empate luchado 1 a 1 de Talleres ante Vélez Sarsfield, que en el saldo pareció justo pero sobre todo puso a prueba la personalidad del Albiazul ante un equipo que vino con su propuesta y generó obstáculos. Hubo momentos donde fue superado y otros con lugar a la reacción espiritual, pero al final hubo conformidad. Y de paso el equipo del "Cacique" Medina se garantiza presencia internacional el año próximo, como mínimo, la Copa Sudamericana, como para empezar a redondear una campaña histórica. 

Y eso que el partido se había presentado con muchas dificultades, con un
Vélez que superó desde lo táctico y en la presión, dejando asfixiado a Talleres en la zona de gestación, sin llegada clara al arco rival. Siempre tuvo una opción más de toque, el albiazul solo tenía como recurso apuntar a las corridas de un voluntarioso Diego Valoyes, pero lejos estuvo de tener el juego asociado de otros partidos. Mancuello, Bouzat y Ortega dominaban a voluntad. Thiago Almada era la inspiración y a pura marca no permitieron nunca las escaladas de Enzo Díaz y Tenaglia, demasiados pendientes de las subidas de los volantes de Vélez. A espaldas de los carrileros el visitante encontró terreno fértil para generar y en dos acciones casi llega a la red. Vertical, vertiginoso e intenso.  

El complemento indicaba la misma tónica, no obstante la lucidez estuvo del lado del local. Enzo Díaz luchó una pelota con Almada (con falta incluida) y desde esa segunda acción quedó habilitado Fértoli sin posición de gol pero un toque de Guidara lo descolocó y el árbitro cobró penal. Casi sin proponérselo los de barrio Jardín estaban arriba luego de que Michael Santos sentenciara desde los 12 pasos, cotizando esa jugada en petrodólares por cómo se había presentado el duelo. Iban 10 minutos pero el local no supo sostener la ventaja. 8 minutos después Juan Lucero capturó una pelota al borde del área y fusiló a Guido Herrera con un disparo inatajable al lado del palo izquierdo. 

El DT Alexander Medina mandó a la cancha a Auzqui para acomodar las emociones y apostar a su creatividad pero parecía que ambos equipos habían otorgado demasiado en intensidad, es decir, fue tiempo de regular. El "Perro", recuperado de una lesión, se acomodó cerca del área pero sin tanta incidencia.  

Y los minutos se fueron consumiendo con el pacto tácito de ambos de haber entregado lo mejor. Hubo algunas incursiones como la que tuvo Esquivel cerca del final y otra más que De Los Santos le tapó a Valoyes desde el suelo. No hubo lugar para más. Un gran partido más desde lo intenso que lo estético pero dejaron en claro sus propuestas de querer imponer credenciales a cualquier precio. Salió un empate, pudo ser para cualquiera de los dos. Y Talleres en silencio festeja ya el sello a una copa internacional, ya que tiene asegurado el boleto a la Copa Sudamericana como mínimo mientras sueña con la Libertadores como objetivo fundamental.