Ed Impresa Por: Federico Jelic 03/09/2021

Rodrigo Villagra: su historia de recuperación y sus sueños en Talleres

El volante llegó desde Rosario Central y en pocos partidos se ganó la titularidad en el albiazul puntero. Contó sus ambiciones y su dura historia familiar como reto de superación.

Talleres hizo una gran inversión por su pase. Adquirió el 65 por ciento a Rosario Central a cambio de 1.200.000 dólares. Solo Piero Hincapié supera a la operación de Villagra (1.600.000 dólares).

 

Llamó la atención el hecho de que un jugador fuera titular en un torneo internacional por Copa Sudamericana y a los tres días pase a ser refuerzo de un club del “interior”. Aterrizó desde Venezuela y al rato Rodrigo Villagra, de 20 años, cambió Rosario por barrio Jardín casi de inmediato, con todo lo que eso significa en el mercado del fútbol. De ser una de las promesas del “Canalla” pasó a defender los colores de Talleres. Y con alto nivel, a pesar del poco tiempo de entrenamiento junto a sus compañeros.

Me vine convencido de que en Talleres iba a encontrar mi mejor rendimiento. Necesitaba un cambio de aire, sobre todo de la cabeza. Por suerte me siento cómodo y con ganas de hacer historia”, fueron las primeras palabras que le soltó el futbolista a La Nueva Mañana apenas inició la conversación.

Sin embargo, a esa historia le quedaban algunos capítulos por contar al nacido en Morteros. Historia de dolor, de sabores agrios del destino que busca superar a nivel familiar y de otras motivaciones, que parece haber encontrado en su corta estadía en Córdoba, con un Talleres puntero y con toda la ilusión de lograr su primer título.

Hoy luce inamovible jugando de doble cinco junto a Juan Méndez, con una función mixta que le sirvió para que en pocos partidos ser titular.  

- ¿Te sorprendió lo veloz de tu adaptación? 

- Te juro que me imaginaba este presente. Yo hice todo para venir a Talleres y por suerte me adapté rápido. Ya conocía la idea de juego del “Cacique” (Alexander) Medina y trabajé doble turno toda una semana para ponerme a tono. Me siento a pleno. El grupo y el cuerpo técnico colaboraron con mi inserción y el aprendizaje de los conceptos. 

“No soy de salir mucho, me quedo en casa con mi novia generalmente, tomando unos mates y haciendo vida tranquila. Ya saldré un poco más a conocer. Me gusta pasar el tiempo viendo series en Netflix. Recomiendo ‘El señor de los Cielos’, es sobre narcos. Es muy atrapante”. 

- Igual, llama la atención que hayas dejado Central para venir a Talleres, es también eso una responsabilidad. 

- Talleres es un grande también. Yo necesitaba airear mi cabeza y en poco tiempo te puedo decir que me siento parte, como si estuviese desde hace mucho tiempo en esta institución. Cuando salió la posibilidad no lo dudé porque es un club que tiene buena reputación, que tiene fama de vendedor, que sabe lo que busca y todos esos detalles a uno lo motivan. Es un equipo competitivo. Y sí, es una apuesta fuerte, me jugué mucho al venir, pero bueno, yo quiero demostrar y dejar todo. Es una gran vidriera. No lo digo yo, fíjate en los últimos mercados de pases, potencia los recursos que tiene de manera increíble. Estoy agradecido a Rosario Central, pero hoy me enfoco en Talleres y en la próxima final que tenemos el domingo con Patronato. 

- ¿Qué puedes decir de este Talleres puntero? 

- Te juro que trabajamos para esto. Y cuando el objetivo es general, las cosas salen naturalmente. Pero igual falta muchísimo, el torneo es largo y esto es partido a partido. Hay que tener los pies en la tierra, la ilusión está, los hinchas de lo hacen sentir, pero no debemos ser soberbios. En esto, el que se la cree, pierde. 

- Pero el sueño no tiene límites para la gente… 

- Y trataremos de acompañarlos con lo que hagamos en cancha. Somos conscientes de que tenemos la posibilidad de hacer historia. Falta una eternidad, lo importante es estar tranquilo. Estoy acostumbrado a esa presión, Rosario es una ciudad futbolera y antes de los clásicos, a dos semanas, ya te van hablando y alentando. A eso uno lo motiva. Ahora en Talleres el objetivo es dejar una marca, vamos por ese desafío. 

- ¿A qué se debe este momento? 

- Estamos incentivados con conseguir algún título. Hay varios frentes, tenemos la Copa Argentina, cada partido es una final, es cuestión de actitud también. Recuperé esas ganas de competir. El técnico nos habla permanentemente de esto, no bajamos los brazos nunca, sabemos que un descuido te deja atrás de nuevo. Por eso nos vamos mentalizando de todo lo que hay en juego. 

-Cuando llegaste, se rumoreó que Medina podría irse de Talleres por diferencias con el presidente Andrés Fassi. Hoy el “Cacique” ya no habla con la prensa hace varios partidos. ¿Cómo tomaste eso? 

- Y yo no me meto en nada, me enfoco en jugar. Con el DT hablo todos los días, lo veo muy enfocado en su idea y eso nos contagia de optimismo para seguir intentando. Si hay algún cortocircuito, ni me he enterado. Yo hago lo mío. Te soy sincero, no estoy al tanto, no me meto en nada.  

El “Gordo” Ortigoza, su espejo 

Si alguien ayudó a Villagra a pisar firme en Primera División fue Néstor Ortigoza. Es recurrente en la entrevista su referencia a los consejos del ahora nuevamente jugador de San Lorenzo, no solo por su situación familiar sino por las sugerencias a la hora de jugar. 

“Me ayudó en todo. Me hablaba todo el tiempo, me acomodaba. Y cuando me tocaba enfrentarlo, me metía alguna que otra patadita (Risas). Todavía me escribo con él. Siempre se acuerda y me saluda. Cuando vino con San Lorenzo nos dimos un abrazo. Siempre estaré agradecido”, recordó el juvenil futbolista albiazul.
Y añadió: “Fue como un profesor para mí. Tiene mucha jerarquía, con un estilo que me gustaría imitar. Me decía que piense un segundo más antes de dar un toque a la pelota. En Talleres me piden intensidad, así que trato de incorporar todos los conceptos que fui aprendiendo”.

- ¿Tenés algún otro referente? 

- Me encanta Enzo Pérez. Puede jugar de todo y hacerlo bien. 

- ¿Algún otro deseo para cumplir en Talleres, además de ser campeón? 

- Espero algún día poder terminar el colegio Secundario. Dejé en segundo año, apenas me metí de lleno a jugar al fútbol. Tengo entendido que Talleres como club tiene un programa especial para estudiar a la distancia así que en una de esas me decido y retomo los estudios, como para cerrar una etapa. Ojo, no me gustaba estudiar, no era tan buen alumno, pero si me pongo las pilas, lo termino. 

FICHA

Nombre y apellido: 
Rodrigo Villagra
Fecha de nacimiento:
14 de febrero de 2001.
Lugar de nacimiento: 
Morteros, Córdoba.
Trayectoria: 
9 de Julio de Morteros, Rosario Central y Talleres.
Contrato en Talleres: 
Hasta el 31 de diciembre de 2025.


Su hermano Gonzalo, en el corazón 

Al hablar parece que es inminente que rompa en llanto. Pero de algún lado reúne fuerzas para continuar sin quebrar su voz. Todo tiene que ver con su fallecido hermano Gonzalo Villagra (murió en 2018, de leucemia), con una emotiva historia donde el mayor de los hermanos, Cristian “Kity” Villagra (ex Rosario Central, River y Atlético Tucumán) le donó médula ósea para combatir dicha enfermedad. Fue conmovedor tanto el gesto como el inevitable final.

No es recurrente que Rodrigo Villagra hable del tema, de hecho, su salida de Rosario Central algo tiene que ver con la necesidad de cambiar de aire en ese sentido, pero confiesa que antes de cada partido le dedica su momento al ángel que hoy lo cuida desde el cielo.  

Es que la familia Villagra emigró de Morteros a Rosario para acompañar al “Kity” cuando el más chico tenía apenas ocho años. Toda una vida en esa ciudad.

Por eso, para renovar energías y ánimos encontró en Talleres terreno fértil para recuperarse y volver a creer. Y lo está consiguiendo. “Todo lo que hago en cancha va dedicado a mi hermano querido. Me ayuda desde arriba. No tengo cábalas ni rituales, tengo mi conexión de manera interna con él y con eso me basta. Me da fuerzas a mí y a toda mi familia para seguir peleando”, logró decir sin lagrimear Rodrigo, aunque es evidente el estado compungido desde el otro auricular del teléfono.

Y relató: “Mirá, yo quiero ser respetuoso, esto es un proceso y se lucha todos los días. Aquel que no lo vivió seguramente le va a costar entenderlo, te tiene que pasar para comprender la dimensión de no tener más a tu hermano. Fue durísimo, cada no lo digiere a su manera. A mí me costó, pero ahora todo lo que consigo en cancha y en la vida, va con dedicatoria para Gonzalo”. 

“Somos una familia futbolera. Estábamos todo el día pateando la pelota, no le dejamos una planta sana a mi vieja, pobre (risas). Y bueno, el fútbol nos unió y ahora nos mantiene fuertes. Espero poder dedicarle algún logro y ojalá sea acá en Talleres, quien te dice”, describió con una fortaleza sorprendente. Una familia futbolera que hoy disputa partidos en todas las canchas, tanto con la pelota como en el seno íntimo.


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