María Laura Rodríguez Belvedere acierta en el blanco

La atleta paralímpica cordobesa debe participar del Mundial de Tiro, pero le comunicaron que no puede viajar con su asistente técnico y le crea una serie de inconvenientes muy grandes.

“Representar a mi país es el mayor orgullo que puedo tener. Es una emoción constante”. - Fotos: Gentileza Familia Belvedere

 

 

María Laura Belvedere tiene 21 años y habla con mucha sabiduría. Cada vez que termina una frase esboza una sonrisa tímida. Pero muy segura en lo que sostiene y en cómo lo expresa. A su corta edad ya es una referente del tiro adaptado.

Por estas horas no pasa un momento grato, ya que mientras se debería estar preparando de lleno para las dos importantes competencias internacionales que se le avecinan, le llegó una mala noticia. Entonces, su cabeza se divide entre su preparación con sueños paralímpicos y el tratar de resolver el inconveniente inesperado que se le presentó.

Pero antes de meternos de lleno con el inconveniente, empecemos a conocerla. Su origen en el deporte es así: “En el 2011 empecé a practicar Tiro en el secundario, yo iba al Colegio Nacional de Monserrat. Por mi discapacidad no podía hacer educación física y había escuadras deportivas y me dieron a elegir la que yo quiera y sintiera que podía hacer. Por casualidades de la vida elegí el tiro, nadie me había hablado de ese deporte, nunca lo había visto, pero me llamaba la atención. Y cuando lo empecé a hacer me encantó y desde ese momento quise practicarlo siempre”.

- ¿Qué discapacidad tenés?

- Nací con amputación en ambos miembros inferiores, debajo de la rodilla, me falta la mano izquierda y tengo malformación en la mano derecha.

- ¿Es verdad que al principio te costó aceptarte como deportista paralímpica?

- Me costó mucho aceptarme, no sólo como deportista paralímpica, sino que aceptar mi discapacidad en la vida diaria. Antes no lo contaba, no se lo decía a nadie. Mis compañeras de la escuela no lo sabían o al menos no se los decía. Era por una cuestión de aceptación. Ahora ya no tanto, pero antes los estándares de belleza estaban muy enfocados a cierto tipo de cuerpos, y yo sentía que mi cuerpo no encajaba con esos estándares de belleza. Esto fue en la adolescencia, que es una etapa difícil, donde le prestas mucha más atención a los cambios corporales, y a mí resultaba difícil aceptar mi cuerpo diferente. Entonces cuando viajé por primera vez a Lima, que fue antes de los Juegos Parapanamericanos, hicimos un curso organizado por una Fundación del Comité Olímpico Internacional, había de varios deportes, yo estaba con los de tiro, y al ver a todas las otras personas que llevaban su discapacidad súper normal, como debería ser básicamente, sin tener complejos por su cuerpo, me hizo darme cuenta de que no tenía nada de malo ser así. Tenía que aceptarme, es mi cuerpo, ser distinto no lo hace malo. Y vi que eran todos muy buenos deportistas y podían hacer el deporte a pesar de todo, me súper inspiraron a hacer lo mismo. Y hoy yo ya no tengo complejo de mi cuerpo, ni nada. Puedo decir orgullosamente que formo parte del movimiento paralímpico. Ya nada me acompleja.

Esperando una ayuda urgente

Ya pasó el tiempo. María Laura actualmente es una deportista consagrada, que gana torneos, premios y demás. Y con sus reflexiones provoca pensar. En sus redes sociales expone sus pensamientos, con frases como: “Dejemos de lado la discapacidad y veamos la CAPACIDAD de las personas”.

Su gran rendimiento la ha llevado a tener proyección internacional. Este año tiene que participar de dos Copas del Mundo. “Una es en Polonia y la otra en Perú. Ambas me pueden ayudar a conseguir mi plaza a Tokio 2021”, le cuenta a LA NUEVA MAÑANA. La copa del mundo de Wroclaw, Polonia, es del 10 al 20 de abril, y la de Lima, Perú, es del 10 al 20 de mayo.

Los Juegos Paralímpicos son su sueño. Desde hace años se está preparando para llegar a esa meta.
“Mi sueño desde hace muchos años es viajar a Tokio 2021, representar a mi país y dar lo mejor de mí. Es para lo que me estuve preparando todo este tiempo”, exclama.

“En muchos momentos tuve altos y bajos y no quería continuar. Y bajo esas circunstancias, en que dudaba de mi propia fortaleza mi mamá me guió, me apoyó y me ayudó mucho a seguir”.

Pero, apareció el pero que complica siempre a los deportistas amateur. Esos “pero” que hacen ruido y ponen piedras en el camino. 

Y así explica “Mar” ese entrometido ‘pero’: “El tema es que en mi categoría de tiro necesito un asistente de tiro, que en mi caso es mi mamá. Es con ella con quien entreno desde siempre y hace muy poquito me confirmaron que lamentablemente por cuestiones presupuestarias del Enard, ella no podría viajar. Yo necesitaría que viaje conmigo mi asistente de tiro de siempre, ya que estoy en un momento muy importante, jugándome la clasificación a Tokio, y puede llegar a afectar en mi rendimiento, un cambio tan repentino como lo es cambiar de asistente”, se lamenta. Esa sonrisa que describíamos al comienzo del relato desaparece. Se la nota visiblemente afectada por esta situación.

“La solución que nos dio el Enard es que paguemos el pasaje, la estadía y la inscripción al torneo, porque ella tiene que estar inscripta como mi asistente. Y se nos hace imposible juntar ese dinero. Ante esta situación estoy tratando de conseguir sponsors”, relata María Laura, que agrega que hasta ahora ha tenido contactos con posibles patrocinadores, pero no han recibido respuestas. Y el tiempo corre.

- ¿Cómo afrontás esta situación?

- Al ser algo tan repentino, y también por la pandemia que afectó económicamente a todo el mundo, además de que había torneos que se cancelaban de un momento a otro, se dio esta situación a último momento. Esta noticia me llegó muy de pronto siendo que falta tan poco para estas competencias, que son muy importantes. Me afectó bastante, me sigue afectando. No es fácil adaptarse a cambios rápidamente. Hace mucho que entreno con mi mamá, ella conoce todo sobre mi, sobre mi capacidad. Yo estoy sumamente cómoda con ella, dejando de lado que es mi mamá. Formamos un equipo, es mi asistente, es la que me mueve las cosas que yo le pido, me carga el balín. Ella es como si fueran mis manos.

“Durante la cuarentena tuve que hacer mucho entrenamiento psicológico, que es muy importante para mi deporte”.

- No es el hecho que sea tu mamá, sino que es tu equipo...

Claro, ella me conoce bien, somos un equipo, sabe cómo tiene que hacer las cosas, el ritmo que a mí me gusta que se hagan. Estoy sumamente preparada con ella, fue una preparación en conjunto. Entonces, un cambio tan repentino me pegó muy fuerte, me afectó de distintas maneras y es algo que, yo sé, porque me conozco, me puede afectar en mi rendimiento. Sería muy abrupto el cambio, y aunque no lo parezca, y desde lejos crean que es solo cargar el rifle, el trabajo del asistente es mucho más amplio. Sería uy difícil que ella no esté al lado mío.

En la disciplina que practica Rodríguez Belvedere hay tres categorías de tiro: SH1, Sg2 y SH3. La categoría depende de la discapacidad de cada persona. La cordobesa compite en SH2. Entonces, cuenta: “Significa que la discapacidad puede estar en los miembros inferiores, como es mi caso. Pero principalmente es en los miembros superiores que hace que el tirador no pueda sostener el rifle por su propia cuenta. Yo no puedo levantar el rifle sola. Entonces uso un apoyo, que es un resorte, en el cual apoyo el rifle y eso le da un pequeño movimiento, como si fuera una mano. Yo disparo apoyada en ese resorte y a su vez se tiene que tener un asistente de tiro que ayuda al tirador en lo que sea necesario al momento de competir, como es poner el balín, cambiar los blancos, cosas técnicas como moverme hacia la izquierda, derecha, alinearme, un montón de cuestiones. Básicamente lo que harían mis manos”.

Por eso es tan relevante que María Laura viaje con su asistente, con Mercedes. Son horas vertiginosas en su preparación, donde además está con el teléfono cerca buscando patrocinadores.

Además, continúa con sus estudios, ya que está haciendo la carrera de pregrado en Comunicación Visual, donde le va bien y ya está en el segundo año. Aunque su prioridad es la práctica deportiva. “Si pudiera elegir mi futuro, me quiero dedicar al deporte y más adelante ser entrenadora”, expresa.

Es que practicar Tiro significa mucho en su vida. “Me gusta todo de mi deporte, es para mí el deporte más lindo. Es muy tranquilo, me ayuda mucho a concentrarme, me debo concentrar para practicarlo. ¡Es mi cable a tierra! Sea lo que sea que esté viviendo, siempre que estoy tirando me concentro sólo en el tiro, y todo el resto se me olvida. Siento al rifle como una extensión de mi cuerpo”, subraya emocionada. Tiene sueños, busca ayuda, acierta en el blanco.

 

 


Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más 
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
Todos los viernes en tu kiosco ]