Ed Impresa Facundo Piai 14/02/2020

El plan de Guzmán: estrategia, negociación y cálculo

El Gobierno aduce insolvencia y propone a sus acreedores reestructurar la deuda; los bonistas y tenedores de letras están a la expectativa de los movimientos futuros.

Martín Guzmán, ministro de Economía de la Nación. - (Crédito: NA)

Las primeras rondas suelen ser de estudio, consignan los manuales. Un pugilista lanza un jab sobre el cuerpo del oponente y advierte la reacción del rival; si abre la guardia, huye del cuerpo a cuerpo, por qué lado escapa al ataque o si, por el contrario, avanza y contragolpea. Luego se aplica un cross y vuelve a registrar la conducta del rival. Un buen boxeador utiliza los primeros rounds para asimilar información, procesarla y ajustar su estrategia de combate de acuerdo a los movimientos del otro púgil, aplicando más determinación en los golpes conforme transcurre el tiempo de la contienda y en la medida en que pueda impactar la zona blanda del rival o una mandíbula desprotegida, para terminar el pleito antes de que suene la campana y evitar así el engorroso dictamen de los jueces. 

La negociación de la deuda se encuentra en esta fase, en las rondas de estudio. El Gobierno aduce insolvencia y propone a sus acreedores reestructurar la deuda, luego de cumplir en el mes de diciembre con los vencimientos del Bono Centenario y hacer frente a diferentes compromisos con los acreedores privados. Los bonistas y tenedores de letras, por su parte, están a la expectativa de los movimientos de la cartera que conduce Martín Guzmán para definir qué “jugada” satisface mejor sus intereses de acumulación.

Como venimos señalando en este semanario, la coalición conformada por el partido de Mauricio Macri, más la UCR y la Coalición Cívica, dejó, además de una economía en caída libre, elevado endeudamiento con vencimientos de capital e intereses en corto plazo. Los compromisos de deuda que deberá atender el país durante el año rondan el 10% del PBI. Durante este trimestre, hay principalmente vencimientos de letras del Tesoro, ya que el pago a los organismos multilaterales de crédito representa un porcentaje menor. Mientras que en el segundo trimestre el peso de la deuda con el Fondo crece respecto al primero. 

Durante esta semana hubo novedades respecto al endeudamiento de la economía y la negociación entre el Estado y los acreedores. El martes, el Ministerio de Economía emitió un comunicado en donde postergó a siete meses el pago de parte de los vencimientos del bono AF20. El mismo aclara que este bono dual emitido en julio de 2018 en un contexto de “profunda crisis económica, cambiaria y de deuda”, era insostenible y su emisión agravó aún más los problemas. Al estar su cotización vinculada al valor de la divisa norteamericana, luego de la depreciación del peso, “y consecuentemente la carga de deuda que imponía este bono se elevó a niveles aún más insostenibles”. 

Por lo tanto, dada a la pesada carga del bono dual y de la baja adhesión de los bonistas a una propuesta de canje del título realizada a principio de mes, por otro bono que tuviese un perfil sostenible y compatible con el programa económico oficial, desde Economía decidieron prorrogar para fines de septiembre la liquidación del bono AF20. Así, quienes aceptaron la propuesta del Gobierno, el 10% de los tenedores, “posee ahora una tenencia sostenible, mientras que a los tenedores que decidieron no cooperar les tocará esperar”, aclara la publicación emitida por la cartera económica.

Pese a que en la exposición que el discípulo del Stiglitz dio en el Congreso para explicar la negociación de la deuda el día miércoles reconoció la particularidad del bono dual y, por tanto, de su tratamiento, muchos analistas, consultores y brokers sostienen que desde la Casa Rosada “endurecieron” la negociación. Esto pone un interrogante sobre la estrategia que tomarán para hacer frente a los más de 300 mil millones de pesos, entre bonos y letras, que vencen en los próximos meses. El ministro Guzmán aún no dio pistas consistentes sobre la negociación, sólo enunció los objetivos prioritarios y generales que buscarán en los acuerdos con los diferentes acreedores, partiendo de la premisa de que “la carga de la deuda es insostenible”, al haber pasado a representar el 52% del PBI en 2015 a significar la deuda bruta poco menos del 90% del producto al concluir la gestión de Cambiemos.

El economista, profesor de la Universidad de Columbia, explicó en su alocución frente a los diputados nacionales que las negociaciones con los bonistas y con el Fondo será “sostenible, ni amigable, ni agresiva”. Lo cual significa que la reestructuración debe permitir al país crecer sostenidamente en el tiempo para generar las condiciones para pagar. 

Al ser consultado por La Nueva Mañana sobre la negociación que lleva a cabo el Gobierno, el economista Claudio Lozano remarcó que esta estrategia de ir negociando mientras se paga en “un marco de amigabilidad con los mercados”, encuentra obstáculos, puesto que la voluntad de los acreedores es no entrar en los canjes que proponen desde la cartera de Economía y Finanzas, cuando el Gobierno manifiesta su decisión de pagar. El actual miembro del directorio del Banco Nación sostuvo que “se está perdiendo el efecto que genera el no pagar sobre los acreedores, que es una caída en la cotización de los bonos, lo cual permite una quita importante; y se está perdiendo la posibilidad de investigar el proceso de endeudamiento que está plagado de irregularidades, tanto con los tenedores de títulos, como con el FMI”.

En este caso, dadas las circunstancias, la estrategia debe acelerar sus tiempos por la premura que imponen los altos vencimientos que en abril llegan a 2.890 millones de dólares. Las intervenciones de la máxima autoridad del Palacio de Hacienda transmiten enfoques consistentes y la gira internacional del presidente Alberto Fernández cosechó apoyos de distintos líderes, sin embargo, para los fondos especulativos, negocios son negocios. Por lo pronto, en los rounds de reconocimiento, los acreedores rechazaron entrar por voluntad propia a las renegociaciones propuestas. “Le picaron el boleto” al Gobierno. "¿Por qué entrar a un canje si están pagando en tiempo y forma?" se plantean los especuladores. En la provincia de Buenos Aires, también fueron magros los resultados de la negociación de la deuda que propuso el gobernador. Pareciera ser que sin disciplinamiento a los fondos especulativos, el poder de fuego lo tienen los acreedores. La agenda dicta que es momento de pasar del estudio a la acción.

 

 


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