Pintaba para fiesta y terminó con un golpe inexplicable a sus pretensiones. Instituto perdió por 2-1 ante Villa Dalmine en el Monumental de Alta Córdoba; y el inicio del año en la Primera Nacional, lejos está de ser el ideal. Otra vez pago carísimo sus errores individuales.

Primer tiempo

Rápida jugada. Bien combinada. Certera, precisa, efectiva y letal.  Así fue la apertura del marcador de Instituto a los 28 minutos del primer tiempo. Damian Arce, el más claro del partido, jugó rápido en cortada para Mateo Bajamich, que ejecutó un centro quirúrgico para la palomita de Apaolaza. El cabezazo del centrodelantero fue bien esquinado. Inatajable. Gol. Celebración en Alta Córdoba.

Hasta ese momento el partido en el Monumental no era un derroche de virtudes. Todo lo contrario, era bastante aburrido y sin remates concretos a los arcos.

Pero el tanto albirrojo abrió un nuevo panorama en el juego. Porque Instituto hizo circular mejor la pelota, con mayor precisión y pretensiones.

Un primer tiempo sin fisuras del capitán Facundo Erpen.

Segundo tiempo

A los 3 minutos Salort salva un mano a mano. Arrancó mejor la visita, manejando la pelota, los espacios y el trámite. Pero a los 13 Bajamich casi amplia la diferencia despues de una gran combinación de toques.

A los 22 minutos una jugada aislada. Un remate que parecía insignificante se coló en el arco de Salort. El lateral derecho del Violeta, Nicolás Sansotre, pateó casi sacandosela se encima y gol. Empate inesperado. Hasta ahí.
Porque después Instituto fue sin ideas y no generó peligro. 

Y a los 44 Dálmine lo dio vuelta. Gran definición de Álvaro Veliez ante Salort, y 2-1 para la visita. Un resultado que no colabora con las aspiraciones gloriosas y que deja mucho, muchísimo, por corregir en el elenco de Zabala.

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