Ed Impresa Flavio Colazo 27/12/2019

La extradición de Sandoval y los indultos del ‘90

El 15 de diciembre pasado se concretó la extradición del represor Mario Alfredo Sandoval desde Francia para ser juzgado en nuestro país, cuando se cumple un nuevo aniversario de los indultos concedidos a los genocidas de la última dictadura.


Especial para La Nueva Mañana

Consultados por La Nueva Mañana, dos referentes de organizaciones de DD.HH., Ernesto Espeche y Emiliano Fessia, reflexionan sobre la reciente extradición de Sandoval y sobre el impacto y la reacción que provocaron aquellos indultos de Menem.

Espeche: “Lo de los dos Demonios es mito, no teoría”

Ernesto Espeche participa en la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y parte del Consejo Directivo del Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos - Ex D2. Licenciado en comunicación social por la Universidad Nacional de Cuyo, diplomado en Economía Política (Flacso) y Doctor en Comunicación (UNLP), es docente e investigador de grado y posgrado. Ha escrito sobre medios de comunicación, DD.HH., ideología y poder. Es autor del libro El mito de los dos Demonios (2018).

¿Qué reflexión le merece aquel decreto de Menem?

- Aquellos indultos fueron la coronación de un plan estratégico discursivo que comenzó meses antes de la retirada de la dictadura del poder. Pretendieron ser el ultimátum del proceso de impunidad para genocidas y represores que comenzó con las leyes de impunidad de obediencia debida y punto final. Nosotros, hijos de desaparecidos, aun siendo niños, púberes o adolescentes, vimos la fuerte reacción de los organismos de DDHH y las movilizaciones masivas que repudiaban aquella aberración. Comenzamos a vivenciar una necesidad de contactarnos. En 1996 se conformó HIJOS (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio).

¿Por qué tomó aquella medida Menem?

- En parte debido a un contexto internacional que proclamaba el “Fin de las ideologías”. Caído el muro de Berlín se mostraba que el triunfo del capitalismo había sido definitivo y se intentó globalizar el modelo neoliberal. Este necesitaba una sociedad adormilada y desintegrada. Atomizada mediante el individualismo extremo. Cualquier tipo de agrupación social era señalada como una rémora que impedía el desarrollo de las potencialidades de los países. Además se intentaba poner fin a cualquier tipo de levantamiento o sedición por parte de las FFAA. En aquel diciembre del 90 se había producido el último levantamiento carapintada. El grueso de los reclamos de aquel sector militar sedicioso estaba ligado a la denominada “Teoría” de los dos Demonios. El poder político, atendiendo a los poderes fácticos, creyó que con los indultos podía alcanzar dos objetivos. Poner fin a los levantamientos y “acabar” con la “Memoria”

“Los dos Demonios”, ¿mito o teoría?

-Mito. Porque es una historia imaginaria que altera los sucesos y las cualidades de los actores de la misma confiriéndole valores distorsionados a los mismos. Este discurso comienza a plantearse con firmeza en los alegatos de los defensores de los genocidas en el juicio a las juntas.

¿Para qué sirvió este mito?

- Primero lograron las leyes de impunidad: Obediencia debida y Punto final.  Poco después, con Menem, consiguieron dos instancias de indultos. Como la primera no satisfizo plenamente a la totalidad de las FFAA, pocas semanas después del levantamiento de diciembre llegaron los últimos indultos.

Mario Alfredo Sandoval

¿Cómo fue la evolución hasta encauzar nuevamente los procesos judiciales?

- Muy afanosa. Los medios hegemónicos instalaron la idea que la lucha por verdad, memoria y justicia era un palo en la rueda para el avance del país, y los organismos de DDHH quedaron en soledad (acompañados por algún sector sindical o estudiantil). Mediante el discurso se pugnó por instalar la culpa en quienes buscábamos justicia. Los medios presentaban al golpe como una violencia ordenadora de un caos surgido por otra violencia primera anterior a este utilizando términos como reconciliación y pacificación (palabras con una fuerte carga positiva). Como nosotros decíamos: no nos reconciliamos, no olvidamos y no perdonamos- nos mostraban como enemigos de estos conceptos y la opinión púbica nos miraba sospechosamente. Éramos el supuesto impedimento para el crecimiento integral de Argentina, formadores de “grieta”.

¿Por los escraches?

-H.I.J.O.S. pergeñó un método de condena social ante la falta de justicia jurídica. En contra de la impunidad. Decíamos: No hay justicia, hay escrache. No nos podíamos reconciliar toda vez que los asesinos nunca se arrepintieron ni dijeron dónde estaban los cuerpos. Aún sostienen un pacto de silencio. En los juicios siguen callando. No buscamos venganza, buscamos justicia.

¿Cuánto duró el efecto del discurso amnésico en la sociedad?

-En 2001 estalló el modelo neoliberal y quedó claro que el problema no éramos nosotros. Pero recién Néstor Kirchner asumió esta agenda de modo potente. Se descolgaron los cuadros de los genocidas, el presidente pidió perdón a las víctimas en nombre del Estado y se redactó un nuevo prólogo del Nunca Más que no busca en la situación previa de violencia del 76 los motivos del golpe,  sino que pone de manifiesto que el motivo es la instalación de un proyecto económico usando el terror como instrumento político de los sectores económicos. La  pobreza, la exclusión y la desindustrialización entre 1976-1983 fueron posibles gracias a este proceder terrorista por parte del estado. Del Nunca más al Nunca Más.

¿Hubo evolución en la ciudadanía en la mirada hacia los reclamos de memoria, verdad y justicia?

-A partir de 2003 la población se volcó masivamente a las calles acompañando estos reclamos. La última gran demostración fue en la reacción al intento de promulgar el 2x1. Quedó claro que no hay base social para avalar un golpe de Estado en Argentina.

¿Y el macrismo en este tema…?

-Intentó retomar el mito de los dos Demonios mediante declaraciones negacionistas y desatendiendo el tema en los ámbitos educativos. Los medios hegemónicos acompañaron este intento.

¿Qué significa la extradición de Sandoval?

-La tranquilidad que la administración actual va continuar por el correcto sendero de la justicia después del inmenso bache que fue Macri.


Fessia:  La detención de Sandoval es un símbolo del retorno a la justicia  

Emiliano Fessia es director de Derechos Humanos de la  Municipalidad de Córdoba. Trabajó varios años en el Espacio para la Memoria La Perla.

¿Cómo asume la reciente extradición del represor Sandoval?

-La detención de Sandoval, ex miembro de la Coordinación Federal (de la Policía Federal Argentina) es un hecho auspicioso, un símbolo del retorno al sendero de la justicia interrumpido durante los últimos cuatro años. Es  fruto de la incesante lucha de los organismos de DDHH. Esta extradición costó muchísimo porque Sandoval escondió su identidad y se fue durante los primeros años de la democracia. Ya en Francia ocupó destacados e importantes cargos en estamentos privados y del estado. De haber continuado Macri, la detención de este represor hubiera encontrado escollos, quizás, insalvables.

¿Qué futuro avizora en la materia?

-Una compresión total respecto a la necesidad de que continúen avanzando los juicios de lesa humanidad cometidos durante la dictadura cívico- militar. Juicio y castigo es un reclamo inclaudicable del pueblo argentino que, estoy convencido, el actual gobierno no va a desatender.

 

 


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