La aventura de viajar en tren de Córdoba a Buenos Aires
Su comodidad, bajo costo, seguridad marcan una notable diferencia al compararlo con otros medios de transporte. Sin embargo estas ventajas pierden fuerza al tomar casi 20 horas en llegar a destino.
Especial para La Nueva Mañana
Para quienes un viaje apenas comienza al llegar a destino sin considerar el trayecto, tomar un tren desde Córdoba Capital hasta Buenos Aires puede sonar una locura, más si se agrega el dato de que tarda aproximadamente 20 horas en llegar. Pero para aquellos que generacionalmente sólo conocemos el mundo ferroviario por románticas anécdotas familiares, el trayecto se convierte en una experiencia en sí misma, más allá del destino.
Primera clase, pullman y camarote son las tres opciones disponibles para viajar. Cada sección posee baños con lavamanos compartidos, enchufes para artefactos eléctricos y espacios individuales para hombres o mujeres, los cuales son higienizados frecuentemente. Además, cada baño cuenta con dispensers con agua fría y caliente que se reponen y las y los pasajeros pueden utilizar gratuitamente. El personal de a bordo está compuesto por maquinistas y técnicos que apenas son vistos durante el trayecto, salvo alguna eventualidad, y la tripulación cuya atención cordial se destaca. Todos los ambientes están calefaccionados, incluido el vagón comedor donde se puede desayunar, almorzar y/o cenar a precios accesibles, aún con ajuste mediante.
Los precios
Los pasajes (hasta marzo 2019) van desde 500 pesos hasta 1750, aunque si se compran por Internet hay un 10% de descuento.
Primera clase es igual a un viaje en cualquier colectivo semi cama de buen nivel mientras que en pullman uno puede elegir viajar en asientos individuales (sin otro al lado), aunque compartirá vagón con los demás pasajeros del área.
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El camarote es un servicio de primera línea: una pequeña habitación con dos sillones cama, organizados como cuchetas, una mesa, percheros, espejos, luces de noche y un enchufe para cualquier artefacto eléctrico. Todos los camarotes comparten un baño con las mismas características antes descritas. Si bien una persona puede viajar sola en camarote, en términos económicos conviene compartir el costo del pasaje: hasta el momento serían 875 pesos por persona para viajar a Buenos Aires con la posibilidad de acostarse, pasear por el tren, consumir algo en el vagón comedor, entre todas las comodidades mencionadas.
Además, los pasajeros pueden llevar consigo sus valijas algo que no se permite en pullman y primera clase salvo para los bolsos de mano, el resto deben despacharse en el vagón del equipaje. Finalmente, para pasar la noche, el servicio entrega ropa de cama para cada pasajero en camarote: dos sábanas, dos almohadas, dos frazadas de abrigo y una toalla) que deben devolverse a pocos minutos de llegar al destino.
El tren Córdoba – Retiro tiene varias paradas y en éste último tiempo fueron agregando más. Al trayecto Córdoba – Villa María – Cañada de Gómez – Rosario Norte – Retiro se agregaron Bell Ville y Rosario Sur. En las últimas semanas, desde el Gobierno Nacional se anunció que a partir de abril del 2019 se incorporaría Marcos Juárez como nuevo destino.
Tradición ferroviaria
El tren supo tener una época de esplendor en Argentina siendo una opción de transporte de larga distancia más que viable. Las sucesivas dictaduras militares de antaño y los gobiernos neoliberales quisieron borrar esa tradición, de fuerte estirpe peronista ya que los ferrocarriles fueron nacionalizados en 1948, desmantelados en los 90 y recuperados por el kirchnerismo.
Su comodidad, bajo costo, seguridad y hasta su bajo impacto ambiental marcan una notable diferencia a la hora de compararlos con otros medios de transporte. Sin embargo, si la ansiedad es una característica personal y lo único importante es llegar cuanto antes, viajar hoy en día en tren no es recomendable.
“Cambiamos”
Mi primer viaje en tren de Córdoba a Buenos Aires fue hace tres años y en comparación con el último de marzo 2019 pueden notarse ciertos cambios. A mediados del 2016 el pasaje en camarote incluía el desayuno de manera gratuita y junto con la ropa de cama se entregaba un kit de aseo personal que incluía cepillo de dientes, pasta dentífrica, papel higiénico, peine, un jabón y una pequeña toalla. Almorzar o cenar en el vagón comedor tenía un costo de 150 pesos.
Hoy el desayuno debe abonarse como cualquier otro servicio de comida en el comedor y el kit de limpieza brilla por su ausencia. Vale decir que los precios no cambiaron demasiado teniendo en cuenta la inflación ya que cenar o almorzar sale 200 pesos sin bebida, mientras que un pebete o gaseosa puede comprarse a 20 o 30 pesos. En el 2016 los pasajes iban de 300 a 1000 pesos dependiendo el destino y el área seleccionada para viajar.
“¡Cambiamos!”, comentó entre risas un tripulante del tren a un pasajero que consultaba si su pasaje incluía desayuno como antaño o si había otra opción de menú para cenar. Sin embargo, más allá de las vicisitudes son muchas las personas que deciden viajar por primera vez en tren aludiendo costos económicos, imposibilidad de trasladar bultos de gran tamaño por otros medios, por seguridad o apenas por curiosidad. Todos expresan conformidad con un viaje de características inusuales, sobre todo para los cordobeses que no estamos acostumbrados a viajar en tren, a sus sonidos y vaivenes.
Desde el Gobierno Nacional aseguran que buscan disminuir el tiempo del viaje de 20 horas a 12 para que los trenes sean competitivos frente a los colectivos de larga distancia. En ese sentido, se observa un notable aumento en la velocidad del viaje, ya que en 2016 tardó casi 22 horas en llegar a Retiro mientras en mi último viaje el trayecto se cumplió en 18 horas.
El tramo Rosario – Buenos Aires es excelente por el buen estado de las vías, no así en la provincia de Córdoba donde por momentos avanza a paso de hombre. Desde la gestión macrista culpan al otrora senador kirchnerista Roberto Urquía por no cumplir con las concesiones que le fueron otorgadas desde hace décadas, donde debía realizar inversiones en infraestructura que jamás fueron realizadas y amenazan con dar de baja a los contratos preexistentes.
Por el momento, el tren Córdoba – Buenos Aires no desembarca en la tradicional estación ferroviaria de Retiro sino cruzando la calle Padre Carlos Mugica, lindante con la Villa 21, ya que se están realizando obras para que justamente esos andenes sean utilizados exclusivamente por el transporte de larga distancia. Al ingresar a Buenos Aires pueden observarse las mejoras en las vías que se están llevando a cabo.
La infraestructura y la velocidad del tren no es un dato menor, sobre todo en términos de seguridad para los pasajeros. Durante el mes de febrero de este año, el tren se descarriló en Rosario Norte, justo la zona donde toma mayor velocidad, y hubo una demora de cinco horas hasta que pudo continuar el viaje. ¿Están dadas las condiciones para que el tren realice ese aumento de velocidad?
Vías pueden encontrarse a lo largo y ancho del país, necesitan ser refaccionadas o hasta reemplazadas pero la posibilidad de recorrer el vasto territorio nacional en un medio de transporte seguro, poco contaminante, barato y hasta el momento estatal, es una oportunidad invaluable. Ni hablar de la reactivación económica, política y social que significaría para pueblos que perdieron su actividad característica cuando el tren dejó de pasar por sus estaciones. Revivir los trenes en todo su esplendor rescataría una memoria colectiva de antaño de una época donde en Argentina predominaba la industria nacional, su mercado interno y las necesidades de su pueblo por sobre las exigencias del FMI y la timba financiera. Mientras tanto, podemos seguir disfrutando de viajar desde Córdoba a Buenos Aires en nuestros Trenes Argentinos.
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