Hacer un libro, cazar un libro, vivir un libro
“Cuando me transforme en río”, de Sofía Olguín, “La cazadora de libros”, de Pablo De Santis y Max Cachimba y “El camino del peyote y otras crónicas de viaje”, de Martín Cristal.
Especial La Nueva Mañana
Cuando me transforme en río
por Barbi Couto
“Aquí las noches duran más. / Salen despeinadas entre los cerros / y beben las gotas de rocío / directamente del cielo. / Ayudan a las ovejas perdidas / y se meten en el agua / cuando el sol se asoma”.
Daniel tiene trece años y vive en un pueblo en el norte argentino. Las ruinas, los cerros, son atractivos turísticos que llevan gente de todos los destinos al hostel donde él vive con su abuela. En una noche de verano, paseando por el pueblo, conoce a Namu, intercambian unas pocas palabras que abren la puerta de la amistad y terminan colándose en una fiesta en el mercado. Los ojos de Namu pierden un poco el brillo cuando cuenta que está enfermo y morirá pronto y no habrá para él historias de “cuando sea grande…”.
En las noches de guitarreada y charla trasnochada del hostel aparece la clave que dará trama a toda la novela. “Los poetas son inmortales, viven para siempre en sus versos” dijo alguien en el patio del hostel y Daniel inicia en ese mismo momento un plan para publicar los poemas de su amigo cada vez más querido y lograr así que viva para siempre en la palabra.
Todos los detalles de cómo hacer un primer libro se cuelan en el relato con la magia y la emoción que da ver armado un primer ejemplar propio en cuadernillos fotocopiados. La amistad, las pequeñas aventuras cotidianas de una preadolescencia de pueblo, la naturaleza, las relaciones afectivas, el primer amor, fluyen en la voz de Daniel contando la historia en primera persona. Un relato sincero, sencillo, emotivo,que fluye como el río en el que Daniel busca la joya perdida que le permitirá financiar su proyecto y vuelve en nubes y lluvia como todo ciclo que es la vida.
La historia de Sofía Olguín, con ilustraciones de Ornella Pocetti forma parte del catálogo de Editorial Muchas Nueces, que publica todos sus títulos con licencias Creative Commons que permiten la copia y la apuesta por una cultura e infancias más libres.
Cuando me transforme en río
Sofía Olguín, ilustraciones de Ornella Pocetti
Editorial Muchas Nueces, Abril 2018
20 x 14 cm; 120 páginas; rústica
ISBN 978-987-46702-3-6
La cazadora de libros
por Barbi Couto
“La cazadora de libros” es una historia narrada en clave de historieta y dividida en capítulos, que recuperó las viñetas publicadas originalmente en la contratapa de ADN, la revista cultural de diario La Nación y tiene ahora una segunda vida como novela gráfica a todo color publicada por Editorial Común.
Para un amante de los libros y la lectura ya desde el título se trata de un ejemplar irresistible. En la primera página una joven mujer ataviada a la antigua, baja del tren y pregunta por la biblioteca. “Está en aquella dirección”, le responden, “si quiere sacarle una foto hágalo de lejos…”. “No vine a sacar fotos”, dice quien después sabremos es Úrsula, lectora apasionada y curiosa, ávida de aventuras, aspirante a cazadora de libros y última esperanza de salvación de la biblioteca del pueblo, y remata decidida: “voy a entrar”. Tres carteles advierten “cuide a los niños”, “libros sueltos”, “danger”.
La primera página promete lo que el libro es: una novela gráfica de aventuras que no escatima en referencias literarias de libros, autores y tramas de ciencia ficción, non sense, aventuras, clásicos, con remates de humor, gags y la fachada de la biblioteca apareciendo imperturbable una y otra vez a lo largo del libro, más precisamente 35 veces.
Los dibujos de Max Cachimba resaltan en partes iguales, climas de misterio en las escenografías creadas con una paleta de colores envejecidos y personajes contundentes de líneas definidas y rasgos simples que con un pequeño movimiento de línea logran las más variadas expresiones. Molinari es el encargado de la biblioteca, un tipo afable, burocrático que pretende mostrarse rutinario pero que el lector intuye disfruta de la aventura tanto como Úrsula. Víctor Landor es el asistente bibliotecario que abandonó el trabajo para mudarse a los fondos de la biblioteca a planear la revolución de los libros. Junto a Úrsula, conforman una triada de personajes delirantes y extravagantes que, a lo largo de la trama, resultan absolutamente queribles.
“¿Está perdido? Tome un plano, haga un avioncito… arrójelo y sígalo…” dice un cartel. Los números-hormiga escapados de los libros de matemática que guían por las salas de la biblioteca, el atlas que envía a destino por correo postal lo que sea que alguien guarde entre sus páginas, los libros que al abrirlos escapan flechas de Robin Hood o tentáculos de pulpos y meteoritos, los personajes, espacios y rutas más inverosímiles transitan con absoluta normalidad por este libro de aventuras para todas las edades.
La cazadora de libros
Pablo De Santis y Max Cachimba
La Editorial Común, Agosto 2018
20 x 16 cm; 236 páginas; rústica
ISBN 978-987-3795-27-5
El camino del peyote y otras crónicas de viaje
por Mauricio Micheloud
Este es un libro de viaje, no precisamente un diario, son relatos de la experiencia del escritor Martín Cristal por su estadía en México, Guatemala y Belice. Los textos que componen el libro también tienen una travesía que contar, viajaron de un formato a otro hasta reunirse y formar una unidad. La crónica que le da nombre al libro fue publicado parcialmente en la revista Diccionario, para luego ser un libro de formato cartonero que finalmente se re-editó por Postales Japonesas con el agregado de otros relatos que lo completan.
Martín Cristal ofrece una mirada de explorador dispuesto a sorprenderse con lo que encuentre. Un cronista que toma nota de lo que conoce en su recorrido por el México de todos los días y el México de perfil más aventurero.
El primer relato “El camino del peyote” nos sumerge en una “crónica de un viaje dentro de un viaje”, el complejo periplo que el mismo Cristal realizó para llegar a tierras de nadie, pleno desierto, junto a desconocidos que se iba encontrando en el camino para poder experimentar los efectos de consumir peyote. En este punto podríamos valorar la lectura de la recuperación y la documentación de una vivencia surgida de consumir esta cactácea, pero el valor real es la lectura en términos ficcionales de la aventura psicodélica del autor, viajar junto a él y empatizar en su delirio fascinante.
En este libro hay todo un mapa de crónicas que cuenta, entre otras cosas, cómo sobrevivió a un terremoto y cómo adaptarse a vivir en zona sísmica, si es que uno logra acostumbrarse a la idea. También la crónica de las cantinas mexicanas, el lugar donde “la hombría brilla en la espuma que besa el borde de un vaso, o donde el llanto (de ese mismo hombre) se ahoga en el fondo (de ese mismo vaso)”.
El autor también narra experiencias de aspectos de los más tradicionales de la cultura mexicana: La tauromaquia y el Día de los Muertos. El primero es una descripción del ritual taurino para poder comprender de qué va una tarde de Toros en La Monumental de México. Me pregunto si esta intención más explicativa se da porque es un relato apuntado a un público que no conoce esta actividad o porque él mismo está conociendo por primera vez lo que narra. En el caso del texto “Mi noche de muertos” la narración se centra en participar de la festividad, no como mero turista, sino en seno mismo de una familia, la de doña Lili, colaborando en los preparativos del festejo. Entonces el espectáculo queda en segundo plano para dar lugar a la vivencia de la intimidad de la ceremonia, justamente lo más interesante del relato.
En el libro también se cronica la sensación de tocar un tiburón en aguas caribeñas y otro trip alucinógeno pero esta vez con hongos en Palenque (Chiapas) donde también cuenta la convivencia con otros visitantes extranjeros en busca de las mismas experiencias.
La crónica “Intervalo para corregir una novela” relata cómo su actividad de revisión de una novela que venía escribiendo fue “interrumpida” por diferentes situaciones y traslados entre Guatemala y Belice. El texto nos pasea por diferentes paisajes y experiencias intensas en las que Martín Cristal descubre lo enriquecedor que puede ser escribir o corregir de ese modo: “Los viajes son condensadores de tiempo. Despegarse del propio texto se hace más fácil cuando uno se encuentra experimentando vivencias nuevas, completamente despegadas del texto en cuestión”.
En suma, un compendio de crónicas que se pueden leer en clave ficcional y que ofrece una mirada particular sobre estos países norte y centro americanos, pero que sobre todo nos revela las sensaciones de un viajero en su periplo inolvidable.
El camino del peyote y otras crónicas de viaje
Martín Cristal
Postales Japonesas, Agosto 2018
21x15; 156 páginas; rústica
ISBN 978-987-46917-1-2
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