Panaholma: un lugar apacible que invita a relajarse en Traslasierra

A 160 kilómetros de la ciudad de Córdoba se encuentra este pequeño pueblo de ritmo sereno e inmerso entre el río y las montañas.

Turismo 20/04/2024 VANINA BOCO
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PANAHOLMA, AL RITMO DE TRASLASIERRA. Su larga costanera y el río invitan a caminar, a llenarse los pulmones con ese aire puro, a escuchar las aves y disfrutar del paisaje. FOTOS: VANINA BOCO

Cruzando las Altas Cumbres, se abre otro mundo. Uno más relajado, que sigue un ritmo acompasado y que permite tomarse el tiempo para contemplar los paisajes y disfrutarlos.

Así me siento cuando llego al valle de Traslasierra: con diez cambios menos y dispuesta a recorrer y dejarme sorprender por cada uno de sus rincones. 

Claro que no se puede conocer todo al mismo tiempo, ya quisiera, pero trato de ir a algún lugar distinto cada vez, además de volver a los clásicos que no fallan: Nono, Mina Clavero y Cura Brochero. 

En ese plan anduve hace unos días, cuando viajé a Traslasierra para subir al Volcán Ciénaga (nota Ascenso al volcán Ciénaga: una aventura diferente en el noroeste cordobés) y luego de haber vivido esa aventura, me quedé con ganas de más, entonces decidí llegarme hasta la localidad de Panaholma, que hacía rato quería conocer. 

Cómo llegar

Una vez que se llega al valle de Traslasierra, hay que dirigirse en dirección a Cura Brochero y continuar por la ruta Provincial 15, pasando la ciudad. Luego de poco más de 10 kilómetros se encuentra el acceso a Panaholma, que está a otros cinco kilómetros más de la ruta mencionada.  

Avanzando en dirección al cordón montañoso, se llega hasta esta localidad que, en plena siesta de un fin de semana de temporada baja, se encuentra totalmente tranquila. Sí, al ritmo apacible de Traslasierra, le bajamos otro par de cambios más y nos da como resultado esta agradable bienvenida de Panaholma.

 Un pueblo de leyenda 

Lo primero que aparece al entrar al pueblo es el monumento a la India Panaholma, cuya leyenda explica el surgimiento del río que recibe el mismo nombre.  

La historia dice que Panaholma y Milac Navira estaban enamorados, pero esta debía casarse con el hijo del emperador inca Viracocha. Para huir de este destino, la pareja decide escaparse y encontrarse en un lugar alejado, pero antes de llegar al lugar le avisan a Panaholma que su amado estaba muerto y es así que sus lágrimas habrían formado el río que lleva ese nombre.  

Por supuesto, las leyendas son relatos fantásticos, pero en este caso dieron origen a la estatua que se ve en la entrada de Panaholma y resulta original que no se haya elegido a próceres, sino la reivindicación de las historias de los pueblos originarios. 

El río, el protagonista 

Unas cuadras más y se llega a la plaza principal, desde ahí son dos cuadras hasta arribar al río que es el protagonista central del pueblo. 

Una de las calles que baja al río es la del puente colgante, que es uno de los atractivos del lugar. Se trata de un puente de tránsito peatonal que une dos sectores del poblado. La que está del otro lado tiene unas pocas viviendas nada más. 

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Esta construcción le da un encanto especial al pueblo y es una postal particular, que permite apreciar al río en todo su esplendor. En esta zona solo se puede ingresar a la costanera caminando, y si se va en vehículo hay que dejarlo en la calle que termina en el puente. Mientras que, ingresando por cualquiera de las otras calles, se puede acceder con el vehículo.

 La costanera de Panaholma llama la atención por su gran longitud, a ambos lados del río. Hay partes con césped y otras con arena, pero todas cuentan con amplios espacios y también con abundante sombra. 

 Un río ancho, con sombra abundante 

En esta época en particular, el río se presenta ancho y con sectores de mayor profundidad. Hay piedras que forman pequeños saltos de agua y le dan un dinamismo particular. También, por estos días, las “cola de zorro” están con sus penachos blanquecinos desbordados y le dan ese toque de pintura serrana.  

Como destino turístico, no solo hay que destacar su riqueza natural, sino también que se ven muchas propuestas de alojamiento, sobre todo frente al río. Y dada la cercanía con los centros turísticos más grandes como Cura Brochero y Mina Clavero, es una buena opción para tener en cuenta. 

En resumen, su larga costanera y el río invitan a caminar, a llenarse los pulmones con ese aire puro, a escuchar las aves y disfrutar del paisaje. Eso es Panaholma, una invitación a relajarse.

 

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