Quebrada del Batán, una parada obligada en las Altas Cumbres

Avistaje de cóndores, senderos y cascadas y precipicios interminables, son algunos de los atractivos que se destacan en este sector imponente de las Sierras Grandes.

Turismo 21/10/2022 Vanina Boco
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La Quebrada del Batán es uno de esos sitios imperdibles para los amantes de las postales increíbles. Fotos: Vanina Boco

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Especial para La Nueva Mañana

La zona de las Altas Cumbres tiene numerosos rincones para descubrir y brinda uno de los paisajes más emblemáticos y más bellos de las sierras cordobesas. Con cumbres de diversas formas y alturas, amplias extensiones de pastizales, y ríos y cascadas surcando la geografía, este sector es siempre un buen plan para un paseo en el día, o elegir alguna de sus opciones para una estadía más larga.

La Quebrada del Batán es uno de esos sitios imperdibles para los amantes de las postales increíbles, de los precipicios interminables, las cascadas sorprendentes y el avistaje de cóndores en butaca preferencial.

Dónde queda

Hay que dirigirse por la Ruta Provincial N°34, y justo antes de arribar al parador La Pampilla, hay un pequeño cartel a mano derecha (yendo desde Córdoba capital) que indica el ingreso. La zona también puede identificarse por la suerte de estacionamiento que hay a la entrada.

Un cartel verde y un altar con diferentes objetos que fueron dejando los visitantes dan la bienvenida a este rincón único de las sierras cordobesas.

Caminando apenas unos metros ya se puede estar frente a unos de los paredones más imponentes, y la quebrada profunda es refugio de dos emblemas de la Pampa de Achala: los cóndores y los tabaquillos. 
En esos pocos metros también se pueden apreciar los distintos saltos de agua que desembocan en los más recóndito de la quebrada. Como si estuviese delineado con un pincel, el curso del agua se va dibujando entre las piedras, tallándolas con la ayuda del paso del tiempo y creando hoyas  profundas y de formas perfectamente redondeadas. 

Si caminamos hacia la izquierda podemos llegar a la famosa Cascada Escondida, donde durante siglos el agua fue abriendo el paso entre las piedras, y fue creando caprichosas formas que hoy llenan de asombro al visitante.

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Balcones naturales

En cambio, si seguimos hacia la derecha podemos continuar descubriendo los balcones naturales que permiten apreciar la magnitud y la belleza de este lugar.

Eso sí, conviene ir con zapatillas aptas para trekking (con buen agarre), ya que muchas veces se debe subir o descender por las piedras, siempre para buscar distintas vistas y seguir descubriendo cada rincón del lugar. 
Así, encontrar el sitio perfecto parasentarse a tomar unos mates, o simplemente quedarse contemplando la gran panorámica, son el plan ideal para cualquier día.

Para quienes prefieren explorar, se pueden hacer caminatas siguiendo los diferentes senderos que se forman entre las piedras y los pastizales, pero sin alejarse demasiado, ya que es un sector agreste donde casi no hay señal de telefonía móvil y no existen servicios de emergencia. 

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Un santuario para los cóndores

Este lugar también es propicio para el avistaje de cóndores. Las posibilidades de verlos aumentan cuando se aproxima el atardecer, ya que comienzan a sobrevolar la quebrada buscando sus dormideros para pasar la noche. También se pueden avistar otras especies de aves, como el águila mora, el vencejo, la loica con su pecho carmesí, el gaucho serrano, el colibrí cometa y el halcón peregrino (el animal más veloz del planeta) tirándose en picada para cazar o defender su territorio, incluso atacando cóndores y otras rapaces grandes, para alejarlas de sus nidos.

  

 

La Nueva Mañana - Edición Impresa 281

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