Cuando la fantasía entra en un metro de ilustración

Caperucita Roja, Pinocho, Alicia y El Principito, clásicos de la infancia de todos los tiempos, buscan financiamiento en Panal de Ideas para convertirse en cuatro libros plegados de un metro de extensión, narrados sólo desde la ilustración.

Cultura 15/11/2017 Barbi Couto
libro_001_01_X1_0145
Los libros son desplegables y relatan la versión original de un cuento clásico en imágenes y revelan la capacidad narradora, creativa y descriptiva del trabajo del ilustrador.

chapa_ed_impresa_01

¿Qué tienen los clásicos que siguen fascinándonos a través de los tiempos? ¿Tal vez porque son cuentos que unen generaciones? Hilos reforzados en la trama de historias que conocieron nuestros antepasados, que nos contaron nuestros padres, que les compartimos a nuestros hijos e hijas. Muchas de esas historias se narraron en rondas, en épocas en las que aún no se leía habitualmente, que después llegaron al papel, que fueron versionadas infinitas veces, que conocieron diferentes finales, incluyeron o no moralejas y que hoy siguen atrapando nuestra atención maravillada con promesas de fantasía, magia y mundos maravillosos.

Nubífero Ediciones, un sello pequeño de Buenos Aires, está a punto de publicar cuatro clásicos en un formato novedoso y original: cada historia en un lienzo de un metro de extensión, narrada exclusivamente desde la ilustración. La selección, que incluye a Caperucita Roja, Pinocho, Alicia y El Principito, ya está lista y busca financiarse en una campaña en Panal de Ideas. En esta entrevista tuvimos la oportunidad de conversar con Graciela Fernández, egresada de la Carrera de Edición y editora a cargo del sello y los cuatro ilustradores responsables de los libros.

¿Por qué editar hoy a los clásicos infantiles? ¿Qué tienen esos clásicos para decirle a los públicos actuales?
Graciela: Un clásico siempre está vigente. Además, los nuevos formatos o versiones enriquecen la historia de su tradición. Aunque existieron y existen muchas versiones olvidables o que se alejan de la historia original, el cuento clásico, popular y fantástico, se caracteriza por reflejar las costumbres y los contextos de la época. Sin embargo, muchas de esas costumbres y características de los personajes atraviesan los años y se vuelven actuales, así como lo mágico de sus atmósferas y el drama de los personajes en situaciones simples que permiten a los chicos observar su propio drama.
Los que propongo en la colección Clásicos x Metro no son solo libros infantiles, no apuntamos solo a chicos, sino a adolescentes y también a adultos, que amen los libros ilustrados, que busquen libros que salgan del estereotipo de ilustración infantil, o libros originales para regalar. Estos libros pueden colorease o no porque la intervención creativa es una opción que se le ofrece al lector pero no se impone.

¿Cuál fue tu criterio para hacer la selección de estos cuatro clásicos?

Esta colección se basa en la versión original de los cuentos, en su raíz, sin censuras ni adaptaciones edulcoradas. Esto es importante porque en el imaginario colectivo los cuentos mezclan versiones posteriores con las originales, hasta introducen personajes o características que no existen en el original ya sea por malas adaptaciones, modas o censuras de cada época.
En todos los casos me nutrí de las versiones más originales que pude rastrear, me basé en ensayos y otros escritos sobre literatura infantil clásica y los cuentos populares y tradicionales. El disparador fue un pequeño libro del CEAL “El cuento infantil”, con selección y notas de Graciela Montes que reunía diversos cuentos en sus versiones más cercanas a sus orígenes. Y el criterio central fue respetar la riqueza y diversidad de la historia original para presentarla en un nuevo lenguaje: el visual.

¿Por qué libros desplegables? ¿Por qué un metro?

Son libros desplegables que relatan la versión original de un cuento clásico en imágenes y revelan la capacidad narradora, creativa y descriptiva del trabajo del ilustrador. Cada libro describe la historia utilizando todo el largo del pliego, que es de 1 metro (por eso el nombre Clásicos x Metro) y propone tanto una lectura visual que sigue los detalles del cuento, como un juego de intervención artística, ya que se puede colorear con la creatividad de cada lector. De un lado presenta solo la imagen que, gracias al trabajo minucioso y arduo del ilustrador, consigue narrar la historia en su evolución. Del otro lado, como editora, formulé textos breves a modo de introducción pero que tienen relación con la parte más emotiva del conocimiento popular de esa historia y lleva a conocer más el o los personajes en profundidad al reflejar sus cambios, comparaciones, variantes o descripciones dentro de cada cuento y abre la puerta a detalles no tan conocidos o eliminados de esas historias a través de los años. En las historias largas, la selección del material a editar me llevó un proceso de leer y releer, pero enseguida reconocí fragmentos olvidados y descubrí detalles que muchas versiones light habían ocultado.
Al plegarlos el libro se adapta a los formatos comerciales y permite que el lector descubra la secuencia y tenga una continuidad.

Nubífero Ediciones fue el nombre que encontró Graciela en 2015 para iniciar un sello desde el cual publicar libros ilustrados. Su nombre se debe a una de sus pasiones: las nubes (“Nubífero” es un adjetivo poético, es el que trae las nubes). Al leer un poema de Oliverio Girondo “Nubífero anhelo” terminó de convencerse que era la palabra indicada para representar lo que quería hacer. El proyecto editorial comprende una selección de libros ilustrados y poesía en imágenes en diferentes soportes y para todas las edades en las colecciones: Poemas Ilustrados, Forma y Lectura, Sentidos, Tesoros y Notas. En la colección Clásicos por Metro “tuve que hacer una selección para llegar a 4 títulos y en el camino quedaron historias tan valiosas como atractivas, capaces de transmitir un mundo entero en las manos de un buen ilustrador: “Hansel y Gretel” o “La Cenicienta” por ejemplo, porque sus historias originales poseen detalles crueles, románticos o costumbristas que resultan más que interesantes”, finaliza Graciela.

Los libros

En “Caperucita Roja” de Charles Perrault a Graciela le interesó rescatar el final moralizante en la figura del lobo, que resultó muy atractiva para ilustrar con distintas personalidades de los lobos más peligrosos y malvados y mantener su crueldad y fantasía. Las ilustraciones son de Paula Ventimiglia, quien cuenta: “Lo elegí porque me encanta Caperucita. Soy coleccionista de este clásico en sus diferentes versiones y ediciones así que fue un desafío hacer mi versión personal de este cuento tan popular. Fue un desafío desarrollar la historia en un metro, que tuviera un ritmo y un sentido y que respetara al clásico. Para el proceso de ilustración, revisé las diferentes versiones de Caperucita que poseo y las analicé. Lo que noté es que hay pocas ediciones de la versión original del cuento, así que está bueno que la edición de Nubífero ¡sea justo esa!

Para “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll, Graciela seleccionó el primer libro de Carroll, según dijo porque “tal vez el más popular y difundido para mostrar los diferentes tamaños y transformaciones de Alicia y sus significados”. Las ilustraciones son de Camilo Rodríguez, quien relata: “Alicia... me tocó en buena suerte, ya que, si hubiera podido, también la hubiera elegido porque es una historia que me apasiona desde chico, me encanta el surrealismo con el que el autor cuenta la historia. Fue un gran y hermoso desafío, pensar cómo contar un cuento, un montón de situaciones diferentes en un mismo dibujo, una historia que se reinterpreta según donde uno empieza a mirar. Una historia y una estética que puede ser para chicos, que se pueda colorear si quiere, o que sea para el disfrute de adultos amantes de los libros ilustrados. Durante el proceso de ilustración estuve buscando y observando diferentes versiones, ya que no quería que se parezca a ninguna versión publicada. Suele pasar con los cuentos clásicos que uno tiene muy incorporada una estética del cuento y es difícil salir de ella”.

De “Pinocho” de Carlo Collodi, Graciela cuenta: “Lo conocemos muy poco, es una historia que tiene 35 capítulos y que Collodi como creador publicó en un lenguaje italiano popular en el diario Giornale per Bambini. Esta novela contiene detalles crueles y de humor satírico con un personaje incontrolable, mentiroso y burlón”. Esta edición está ilustrada por Verónica Fradkin, quien confiesa: “No fue fácil, porque de lo que conocemos de ese relato, Pinocho es suave y dulce y no tiene toda esa carga tortuosa que el texto original sí tiene, entonces representarlo lo hacía una tarea compleja.
El proceso de ilustración fue complicado por la cantidad de capítulos y para elegir cuáles eran importantes y cuál era el que iba a ilustrar y el proceso de ese relato. Me basé en las primeras imágenes de Pinocho, sobre todo cómo eran las primeras representaciones en títeres. Traté de plasmar la historia de forma sencilla y en las imágenes que necesitaba dibujar. Descarté algunos estereotipos como el de la langosta que no me parecía interesante y sí me interesó tomar la metáfora de Pinocho que es de madera pero quiere ser niño, esa sensibilidad. Entonces en las viñetas se ve esta idea de Pinocho que como es un muñeco no tiene puesta la ropa hasta que es un niño. Otra relación que tomé como una metáfora es que Pinocho viene de una madera de cerezo y en el comienzo de la ilustración se ve sin florecer y florecido al final cuando ya es convertido en humano”.

Finalmente, “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry fue elegido por Graciela “porque la idea era tomarlo desde su mundo fantástico, onírico y melancólico. Esta historia se diferencia de las otras ya que conocemos bien la obra original, sin embargo, es tan rica en detalles y en la sensibilidad de sus personajes, que trasciende los años y merece ser rescatada y mantenerla vigente como clásico”. Esta edición está ilustrada por Fernanda Bragone, a quien al principio le asustó la idea del metro continuo pero apenas empezó a trabajar las imágenes se fueron enlazando. Además de las ilustraciones para el libro, Fernanda realizó un teatrito en caja donde el Principito, el aviador y el zorro pueden cobrar vida y desplazarse por una escenografía en tres dimensiones de gran belleza.

Clásicos por Metro en Panal de Ideas

En una campaña que comenzó hace un par de semanas y que se extiende hasta el 26 de noviembre, Nubífero Ediciones ha apostado al financiamiento colectivo para juntar el presupuesto necesario para publicar los cuatro clásicos. En palabras de su directora: “Creo en el trabajo en equipo y en difundir cultura, creo en el doble carácter del libro: cultural y comercial, creo que las historias de cuentos clásicos siempre están vigentes y en que un ilustrador puede narrar todo un mundo con sus imágenes; creo en que cada uno como lector y participante puede ser parte y que este proyecto se puede hacer realidad gracias al interés y aporte de cada uno y en conjunto”.

Entre las recompensas pueden encontrarse los libros, estuches artesanales para los cuatro libros para regalar o coleccionar, libretas con los retratos de los personajes, wallart contínuo para la pared, reproducciones de alta calidad y numeradas de las ilustraciones, juegos de cartas con todos los personajes y un teatrito en caja de El Principito realizado por Fernanda Bragone. Habrá puntos de distribución gratuitos en Buenos Aires, Córdoba y Dina Huapi y Bariloche.

Para comunicarse con la editorial se puede escribir a [email protected], visitar su fanpage Nubífero Ediciones o entrar en la página de Panal de Ideas.

cine_nota2 Chapa informativa para construcción páginas de estrenos de cine

Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más,
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
[Desde junio en todos los kioscos de la capital de Córdoba]


Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto