El jefe del Ejército de Brasil, Eduardo Villas Boas, se metió de lleno en la campaña de presiones sobre el Supremo Tribunal Federal (STF), que este miércoles decidirá sobre el recurso de Lula contra la orden de prisión dictada por los jueces que el pasado enero lo condenaron a 12 años por corrupción.

"En esta situación que vive Brasil, hay que preguntarles a las instituciones y al pueblo quién realmente piensa en el bien del país y de las generaciones futuras y quién, apenas, en sus intereses personales", dijo Vilas Boas.

El jefe del Ejército lanzó dos mensajes por Twitter mientras se realizan en 22 estados manifestaciones, la más multitudinaria en San Pablo, convocadas por grupos de la derecha política para pedir la prisión de Lula al Supremo Tribunal Federal. El general dijo que el ejército busca compartir “el anhelo de todos los ciudadanos de bien de repudiar la impunidad y respetar a la Constitución, la paz social y la democracia. El ejército se mantiene atento a sus misiones institucionales". 

Así, Villas Boas se sumó a las presiones sobre la Máxima Corte, siendo el Ejército una de las instituciones hoy más poderosas del país, porque es la encargada de la intervención en la seguridad pública del estado de Río de Janeiro por orden del presidente Michel Temer.

Minutos después, al menos tres generales se sumaron en tono exaltado a la declaración de su jefe: "Tengo la espada al lado, la silla equipada, el caballo listo y aguardo sus órdenes" respondió, también por Twitter, el general Paulo Chagas. Por la misma vía, surgieron las voces de otros dos miembros de la cúpula militar. "COMANDANTE!!!. Estamos juntos en la misma trinchera", escribió el general Miotto. "Estamos juntos, comandante", agregó el general Freitas. Horas antes, el general Luís Gonzaga Schroeder había declarado que si Lula no es enviado a la cárcel, "el deber de las Fuerzas Armadas es restaurar el orden".

Lula pidió a la Corte que cambie la jurisprudencia de 2016 y regrese al principio constitucional de que todo condenado debe ser preso luego de ser juzgado por todas las instancias. En caso de que rechace el hábeas corpus, Lula, principal líder opositor y favorito para las elecciones de octubre, deberá cumplir una pena de 12 años y un mes de cárcel dictado por la cámara de apelaciones de Porto Alegre.

Cabe recordar que el expresidente viene de un accidentado recorrido por el sur del país, donde autobuses de su caravana llegaron a ser tiroteados. No obstante, su discurso se mantiene direccionado a los más humildes y se refiere al proceso judicial como "un simple intento de acallarlo por parte de la elite del país". “No van encerrar mis pensamientos, no van a encerrar mis sueños”, proclamó el lunes en un acto ante 5.000 seguidores en Río de Janeiro. “Si no me dejan andar, andaré por vuestras piernas. Si no me dejan hablar, hablaré por vuestras bocas. Si mi corazón deja de latir, latirá en vuestros corazones”.

Fuente: Télam y El País.