Comenzó el otoño y es la temporada ideal para salir a disfrutar de las tardes de sol, esas que piden mates y charlas en algún lugar de las sierras. Lugares para llevar a cabo este plan hay cientos en la provincia de Córdoba, por lo que solo resta elegir el día y cuánta distancia se quiera recorrer. 

En esta oportunidad, les voy a proponer un lugar que visité hace poquito y del que escucho hablar más seguido de lo que voy. Se trata de Potrero de Garay, un pueblo tranquilo con muchas casas de veraneo y visitantes que lo eligen para pasar el día a orillas de uno de los lagos más bellos de Córdoba. 

Cómo llegar 

Potrero de Garay se encuentra a solo 70 kilómetros de Córdoba Capital, y se puede llegar por la ruta 5, que pasa del valle de Paravachasca al de Calamuchita. En la rotonda de Villa Ciudad de América hay que doblar a la izquierda y a pocos kilómetros ya nos encontraremos con el poblado.  

Yo entré por el acceso de la escultura del Gaucho Urbano (ese que sigue la misma línea del Hombre y la Mujer Urbana, creados por el artista local Antonio Seguí). 

Costanera infinita 

Entre sus calles tranquilas se percibe el ritmo calmo del pueblo. Además, es fin de semana y el clima de relajación acompaña esta sensación. Al llegar a la costanera, causa verdadera sorpresa su extensión. Una alfombra de césped bordea el lago e invita a quedarse contemplándolo. 

Hay grupos de personas que han puesto sus reposeras, otros que prueban suerte con la pesca y varios que aprovechan el amplio espacio para practicar algún deporte.

 Pero no solo eso, Potrero de Garay es el destino preferido para los amantes de los deportes náuticos en el lago Los Molinos. Como actividad de baja intensidad física, también es ideal para hacer caminatas por la costanera. 

Otros atractivos  

Muy cerca de la localidad, también hay más opciones para pasear: se puede llegar hasta el paredón del dique y allí visitar los locales de productos regionales y restaurantes.

También recorrer alguno de los afluentes del lago Los Molinos como el Río del Medio o el río Espinillos. Y una joyita que está a escasos kilómetros es Golpe de Agua, un paraje encantador con una cascadita que cae en un semicírculo de piedra.