Se avecinan malos meses para el trabajo asalariado. El conocido en la diaria como “en blanco”. Es decir, trabajo registrado con aportes patronales; lo cual significa: salario, más jubilación y cobertura de salud. Si bien una reducción de los asalariados de hoy desfinancia las jubilaciones del mañana, este no es el tema central de esta nota. Sí lo es la situación del empleo en este contexto de recesión económica, suba de precios y depresión de la demanda. 

Justamente una de las variables que fue recomponiéndose paulatinamente desde la salida de la pandemia hasta casi finalizado el 2023. El trabajo registrado generado por el sector privado acumulaba 30 meses de crecimiento ininterrumpido durante la administración anterior, siendo así una de las variables que caracterizaron a la gestión del gobierno que perdió la elección, junto a los bajos salarios, alto nivel de actividad y elevada inflación. Ahora, en lo que respecta a la oferta de trabajo de las empresas todo parece indicar que tanto diciembre como enero cerraron con cifras negativas. En efecto, es de esperar que conforme se profundice la recesión económica y arrecie la inflación, se vayan perdiendo puestos de trabajo.  

Al interior de las fábricas ya se está sintiendo, reconocen referentes del sector. Lo mismo ocurre con el empleo vinculado a la construcción cordobesa, que empieza a sentir el parate de la obra pública. Fuentes del sector estiman en 500 las perdidas de fuentes de trabajo que podrían llegar a 1300 de no retomarse nuevos emprendimientos. Así las cosas, los dos sectores representan un cuarto del total de los asalariados del sector privado en todo el país, según los últimos relevamientos del Ministerio de Trabajo. 

Es de esperar que conforme se profundice la recesión económica y arrecie la inflación, se vayan perdiendo puestos de trabajo.  

 La depresión del complejo automotriz alarma a los trabajadores

“La recesión se está notando en todas las actividades, y en la nuestra se está sintiendo bastante”. La frase pertenece al secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica, Rubén Urbano. En declaraciones a La Nueva Mañana, el dirigente sindical calificó a este momento de la política y de la economía como “raro y extraño”. Tenemos los mismos problemas de años anteriores, pero potenciados: se profundizan los inconvenientes para importar y exportar, a la par que la actividad se deprime fuertemente. “Esto no es lo que votó la gente”, enfatizó Urbano.

Las dificultades para importar insumos afectan duramente a la rama de la electrónica con fuerte impacto en Tierra del Fuego, pero también golpea al complejo automotriz cordobés. El dirigente metalúrgico declaró que las terminales automotrices entraron en fase contractiva afectando también la performance productiva del tejido autopartista. En efecto, “han quedado muchos trabajadores suspendidos y otros tantos despedidos”. De acuerdo al registro de la UOM, en Córdoba, entre enero y febrero hubo 19 trabajadores efectivos despedidos, mientras que los suspendidos llegaron a los 650 asalariados. Por otro lado, a 140 de los trabajadores contratados no les renovaron sus contratos. 

Mal comienzo para las automotrices , tras un buen 2023

En lo que va de 2024 poco más de 800 trabajadores de diferentes unidades productivas cordobesas o fueron despedidos o tienen incertidumbre sobre su situación laboral. Lo mismo expresó el secretario general de Smata Córdoba, Maximiliano Ponce, quien advirtió que se viven “momentos muy complicados”. Además de la incertidumbre económica que reina en el país, dos problemas afectan principalmente al sector: la alta inflación y la dificultad para importar insumos. Las casas matrices de las automotrices “miran con recelo a la Argentina” por la dificultad que tienen las subsidiarias para girar las divisas. 

Esta es la causa de que no entren piezas, caiga la producción y tanto en las terminales automotrices como en las autopartistas peligren los puestos de trabajo. Además, sostiene el dirigente de Smata, hay temor de que el gobierno anarco capitalista desregule importaciones. En efecto, si cuando se logre acumular dólares son usados para importar vehículos terminados, en lugar de insumos, el complejo automotriz sucumbirá en una crisis densa. Si bien al momento, el problema “no ha impactado de lleno” en la plantilla de trabajadores, de no haber una solución pronta se pasará de las suspensiones a despidos, irremediablemente.

No entran piezas, cae la producción y tanto en las terminales automotrices como en las autopartistas peligran más puestos de trabajo.

Se desplomó la producción de vehículos 

De acuerdo a reportes de la Asociación de Fabricante de Automotores (Adefa) la producción de vehículos cayó en enero por segundo mes consecutivo, habiendo registrado durante los primeros 11 meses del año un promedio mensual de 50 mil autos, en diciembre la fabricación de 0km se ubicó en torno a los 36 mil. Mientras que en enero descendió a 22 mil vehículos. Si bien es de esperar una merma estacional que tiene que ver con las vacaciones estivales, el año comenzó con números muy bajos. De los más bajos de la última década, justo cuando el sector comenzaba a mostrar números robustos. 

La fabricación de autos 0km en enero a 22 mil vehículos, cuando durante el 2023 el promedio mensual fue de 50 mil unidades. 

En línea con lo mencionado, los reportes oficiales sobre la performance de toda la industria arrojan resultados negativos. El último informe de Indec sobre actividad industrial de diciembre da cuenta de una merma de 12,8% en comparación con el mismo mes del 2022. Mientras que los análisis de la cámara que nuclea a pequeñas y medianas empresas en el país arrojan una contracción aun mayor para las pymes industriales. Las pymes fabriles habrían producido un 27% menos que hace un año atrás. 

Cayó un 33% la venta de autos 0km

Desde la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), informaron que la venta de autos 0km en enero sufrió una baja del 33% interanual. En este sentido, en el primer mes de 2024 se registraron 33.727 ventas de unidades 0km en la red de concesionarios oficiales del total de las marcas en todo el país, contra las 50.373 del inicio de 2023.

Un combo letal para el sistema productivo

De continuar el escenario económico tal cual está vamos camino a un nuevo quebranto productivo. Sin crédito, sin dólares para importar, sin un plan de estabilización y una inflación que galopa al 20 por ciento mensual la suerte del sector productivo parece estar echada. A todo esto, el conflicto fiscal entre Nación y las provincias lejos está de las soluciones que la industria requiere para fortalecerse y consolidar su oferta de trabajo. 

Por el contrario, nadie descarta que se vengan manotazos recaudatorios de la Nación o provincias para equilibrar sus cajas y gastos corrientes que sumen presión impositiva al sector productivo. Además, se vienen incrementos de servicios, suba de la energía y ya comienza a inquietar el atraso del tipo de cambio. Con este ritmo inflacionario, en marzo o abril, más tardar, el valor del dólar deberá corregirse; a poco de haber devaluado 120%. Los riegos de una devaluar sin un plan de estabilización, ni consensos económicos básicos.