Fiesta completa, con todos los colores y los bises, para dar una vuelta olímpica simbólica y trasladar el festejo de Qatar 2022, a Argentina con su gente.

El seleccionado nacional brindó un show ante 83 mil espectadores en el Monumental, en el amistoso FIFA ante Panamá para el reencuentro entre los campeones del mundo con los hinchas, lazo que hoy parece inquebrantable. Y la victoria 2 a 0 ante los centroamericanos fue algo anecdótico, como para sellar el pacto de amor.

Lo importante es que las emociones no faltaron y más allá de los tributos, hubo fiesta, goles y un repertorio especial de Lionel Messi para seguir en lo alto del olimpo.

El partido parecía ser de fondo, como un agregado a la gran fiesta y a los homenajes, pero Panamá a pesar de jugar con un conjunto alternativo, presentó batalla y fue duro escollo. Luego de la emoción en los himnos, en el recibimiento y en el precalentamiento, faltaba el aporte del equipo.

Pero no fue nada fácil, porque quizás sorprendidos o amilanados por la gloria del título, los festejos y las celebraciones, a los hombres de Lionel Scaloni les costó llegar al gol. Es cierto que el partido fue un monólogo de la celeste y blanco pero en cada intento, el cerrojo defensivo panameño le privó espacios y no dejó crear.

Las más claras en la primera etapa fueron un tiro libre de Lionel que pegó en el palo y un disparo de un muy motivado Enzo Fernández que tapó Guerra. La gente no dejó de aplaudir y alentar. Lloró con el "Dibu" Martínez, alentó a Di María, murmullaba y gritaba cada vez que Messi tenía la pelota, apoyaba los pases filtrados de Rodrigo De Paul, pero faltaba el gol.

Guerra otra vez le tapó dos tiros libres a Messi y el juez no sancionó un penal sobre Tagliafico pero a decir verdad, no hubo quejas, nadie quería ayuda para ganarle a este Panamá que vino sin su DT principal, Christiansen y priorizó el partido oficial por Concacaf ante Costa Rica que ser partenaire del campeón del mundo en Qatar.

Y llegó el invitado que faltaba: pasada la media hora llegó el tiro libre Messi que pegó (otra vez) en el palo pero en el rebote, Thiago Almada la empujó a la red para meterse más en el grupo de los campeones. Y la sexta fue la vencida para Messi: en una nueva falta directa, esta vez le metió más comba y magia que de costumbre para incrustarla en el ángulo, para el delirio de todo el estadio. Y para que llegue a los 800 goles oficiales.

La gente se fue feliz, coreó a Messi que les regaló un gol fenomenal y el disfrute del espectáculo fue inolvidable. Como para mantener viva la llama de este idilio entre la gente y la Selección. Un gran show, 83 mil almas identificadas con la camiseta y ahora llega el after, el martes contra Curazao, en Santiago del Estero.