Belgrano no ganó, pero sigue en la punta de la tabla de posiciones. Por eso la multitud que colmó el Gigante de Alberdi despidió al equipo con aplausos. Es que el andar del equipo merece este reconocimiento, más allá del sinsabor que provocó la igualdad 1-1 ante Independiente Rivadavia de Mendoza. 

Partido accidentado el que afrontó en el Gigante de Alberdi Belgrano y la "Lepra" mendocina por la fecha 26 de la Primera Nacional y en ese contexto el gustito en la boca de los fanáticos celestes es semiamargo, porque tuvo para liquidarlo y se terminó conformando con un empate. 

Problemas con el sistema lumínico a los 10 minutos de iniciado el juego. El cotejo estuvo interrumpido durante 28 minutos por fallas en el grupo electrógeno, según informaron desde la voz del estadio. 

En ese lapso de tiempo los fanáticos le dieron brillo a la espera iluminando con sus celulares y cantando sin parar. Y eso que el clima no ayudaba con la llovizna finita que caía.  

Previo al párate, Belgrano estaba siendo un equipo largo. En las salidas desde el fondo, al primer pase le costaba encontrar receptores. 

Tras el impasse, el juego fue ordinario. Escasa continuidad de pases, muchas impresiones,  desprolijidades por doquier, abuso de la pelota en el aire... Flojo ambos equipos, sin luces.

Los arcos parecían que estaban de adorno, hasta que a los 62 minutos, centro de Rojas, remate de Comba,  atajada de De Olivera, rebote para Vegetti que no pudo darle dirección. La primera y única llegada de un primer tiempo carente de emociones ofensivas. Ulises Sánchez con su ímpetu fue de lo más rescatado de esa etapa. 

Golazo a los 6 minutos. Bruno Zapelli y su calidad comandó la jugada, Oliver ejecutó un centro perfecto y Vegetti de cabeza hizo delirar a los Piratas.  Un golazo que destrabar un juego enredado. 

Belgrano no anda brillando, pero avanza a pasos firmes. Incluso cuando tiene pocas luces, porque después del tanto del goleador, Zapelli casi convierte inmediatamente el segundo, porque los pases comenzaron a darle fluidez al juego, porque supo prender el interruptor en el momento justo; porque a los 16' otra vez Vegetti tuvo una oportunidad,  pero su remate besó el palo derecho, luego de una guapeada aprovechando una deficiencia visitante.

Pero no lo liquidó. Lo "administró" el elenco que conduce Guillermo Farré al juego. Se jugó en el mediocampo.
Encima a   los 35' incluso tuvo otra chance de ampliar con una subida de Sánchez. La "Lepra" no tenía ideas concretas para alterarle el plan. 

Pero el fútbol tiene esas cosas que no entran en la lógica. Por eso el fútbol es un deporte tan apasionante,  que hasta los partidos que parecen feos tienen su atractivo. 

Sebastián Navarro, ex Talleres e Instituto,  a los 39 minutos con una ejecución desde afuera del área marcó el empate.

Fue empate. Fue raro. No hubo festejo en Alberdi, pero si aplausos y la sensación de que no hay dar nunca por terminado un partido antes de tiempo: hay que cerrarlo más lejos de tu propio arco.

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