No hay caso. Sin reacción, sin ideas de juego y hasta sin suerte. Talleres no desentonó con la muy magra producción que viene mostrando en este 2022 y por eso a nadie sorprendió que vuelva a caer, esta vez 1 a 0 ante San Lorenzo, ante un Estadio Mario Kempes ya resignado.

Y el DT Ángel Hoyos siguió en su desconcierto general, a tono con el equipo, pero con escasos argumentos como para imaginar una recuperación futbolística.  

Y eso que había mostrado en los primeros 20 minutos de juego su mejor versión en seis partidos, con un equipo concentrado, presionando la pelota, abriendo la cancha donde solo faltaba el gol. Y no pudo ser. Llegó la lesión de Michael Santos (apenas jugó 19 minutos) y todo se desdibujó. Entró el Emerson Batalla, el esquema varió de 4-1-3-2 a un 4-1-4-1, Girotti quedó solo en el ataque y todo se volvió más predecible.  

Para colmo de males, “durmió” en una jugada que parecía aislada y lo pagó caro. Rafael Pérez choca con Nicolás Fernández en una pelota por la banda izquierda, arrebato de Cerutti en el lateral y asistencia para que Gordillo batiera al arquero y gol.

Anteriormente ya Guido Herrera había tapado un mano a mano, denotando la desesperación del equipo para llegar al arco rival, dejando espacios en defensa que representaron varios dolores de cabeza. 

La fragilidad del equipo hizo mella en lo psicológico, se dejaron llevar por la impaciencia de la gente y el desconcierto fue total. Hoyos sacó a Batalla con apenas 25 minutos de juego (¿lesión o táctico?) y nunca más tuvo peso ofensivo. A decir verdad no tenía otro delantero de fuste pero Girotti fue quedando cada vez más aislado y sin armas. Solo la valentía y orgullo propio de Diego Valoyes puede rescatarse en este contexto, que junto con Herrera (después le tapó otro remate claro a “Uvita) son los escasos argumentos que mostró Talleres para buscar dar vuelta una historia que parecía ya escrita hace rato. 

Fue todo nerviosismo y aceleración sin sentido hasta el final.

San Lorenzo hizo su negocio, demorando los saques, buscando impacientar a todo el estadio y con eso le alcanzó para administrar la ventaja que encontró casi sin proponérselo del todo. Panorama sombrío para Talleres y el DT Hoyos, con apenas un gol en seis partidos y en el fondo sin oposición alguna.

Y el presidente Andrés Fassi sabe que no hay mucho margen pero sobre todo con la autocrítica de que las consecuencias son fuertes si no hay una preparación a la altura justo en el semestre de la Copa Libertadores.

Sabor a muy poco con cada vez menos paciencia.

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