La sonrisa no se le borraba. Estaba pletórica. Muchísimas sensaciones se le cruzaron en la cabeza. Acababa de dar la vuelta olímpica en el Gigante de Alberdi, tras consagrarse campeona del fútbol femenino de la liga cordobesa. No era para menos esa alegría. Sin embargo, Sabrina Maldonado tenía un motivo más para que su corazón latiera tan fuerte: su mamá Claudia la había ido a ver jugar al fútbol por primera vez. ¡Dale, campeona... dale, campeona!

"Cuando era chiquita siempre me gustó jugar con los autitos, con la pelota, y a mi mamá nunca le gustó. Después un club me vio, mi mamá aflojó y ahora estoy en Belgrano... Yo probé, podría ser mala o buena, y salió bien, quedé y estoy creciendo mucho. Y me encanta jugar al fútbol en Belgrano. Es un mundo hermoso", relata su historia Sabrina, que hace seis años ya que juega en el club de barrio Alberdi, e incluso ha vestido la casaca de la Selección nacional sub-20.

- ¿Cómo fue convencer a tu mamá?

-  Tiene mucho miedo. Mi papá Fabián fue la que la convenció. Él siempre fue futbolero y me acompaña siempre. Y ante Barrio Parque no pudo estar, y entonces fue la primera vez que vino mi mamá a verme a la cancha - se ríe-. La convencimos porque había un club que me quería, y ella me dijo antes de ir a ese club, andá primero a Belgrano. Y hace seis años que estoy acá.
"Tengo muchas emociones. Venimos luchando mucho por esto, es una lucha que tuvo sus frutos. las emoción es grande, también, por toda la familia. Porque esto nos gusta. Y porque lo hicimos con un plantel de compañeras y amigas", relató la volante por derecha del elenco violeta en diálogo con LA NUEVA MAÑANA. 

En la victoria de la chicas "piratas" por 2-1 ante Barrio Parque, que le terminó dando el título una fecha antes, Maldonado tuvo una destacadisima actuación. Tan es así, que cuando salió reemplazada promediando el segundo tiempo, fue muy aplaudida, y en las tribunas, en la previa al duelo que luego afrontaron Belgrano y Nueva Chicago por la Primera Nacional, fueron varios los plateístas que la elogiaron más allá de haber convertido uno de los goles, por su juego vertical, rápido, desequilibrante y pases filtrados.

A propósito de esos aplausos, sonriente, la juvenil, que nació el 25 de marzo de 2000, contó: "Uhhh, eso, eso fue... Eso hizo que me latiera el corazón, la verdad, de una forma muy fuerte. Fue muy emocionante. Estamos muy agradecidas con toda la hinchada de Belgrano que fue a la cancha bien temprano".