El “Marciano” debutó en San Lorenzo. Pasó nueve años de su vida en la pensión del club azulgrana. Del “Ciclón” se fue a Arsenal, donde tuvo un breve paso para regresar a San Lorenzo y de allí emigró al AIK, de Estocolmo. En Suecia jugó dos años y se consagró campeón de las tres competencias que disputó en el país: el torneo local, la Copa de Suecia y la Supercopa entre los dos ganadores anuales. Una vez terminado el contrato volvió al club de Sarandí donde fue campeón del torneo local por primera vez en la historia de la institución. En junio de 2013 se mudó a Lanús, donde también supo salir campeón.
“En mis comienzos, Gorosito me ha enseñado bastante. Era medio parecido a Guillermo (Barros Schelotto) en la forma de querer jugar, de querer tener siempre la pelota y la presión. Eso me ha marcado porque yo soy un jugador de esas características y eso a uno lo va mejorando día a día. Tácticamente, aprendí mucho de Gustavo Alfaro, que sabe manejar los partidos, por dónde atacarte, cómo defenderte. Te tenía una hora haciendo táctico, pero después en el partido te dabas cuenta que el tipo tenía razón siempre. De él aprendí mucho, me hizo crecer como jugador”, supo declarar el “Marciano” hace unos años en una entrevista, en lo que refleja cuál ha sido su formación.
En el 2015, tras grandes actuaciones en el “Granate” fue adquirido por Independiente, donde jugó 46 partidos con la casaca del Rojo. Con la llegada de Ariel Holan, Ortiz se tuvo que ir del club a comienzo de año. Emigró al fútbol mexicano para militar en el Tijuana.Y ahora, con 33 años, y una larga experiencia, el volante llega a Belgrano para ser una de las piezas fundamentales que pretende el entrenador “Pirata”, Sebastián Méndez.

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