A raíz de la crisis económica, la gerenta general del Centro de Almaceneros de Córdoba, Vanesa Ruiz, reconoció que se incrementaron los robos y los hurtos en kioscos y almacenes de barrio.

Si bien señaló que los hurtos eran moneda corriente, en los últimos meses aumentó de manera considerable y que la gente se roba comida para poder alimentar a su familia.

"Siempre históricamente los faltantes, siempre hubo ese arrebato de una golosina como picardía de los chicos o jóvenes. Lo que se observa ahora es el robo de alimentos: facturas exhibidas, algún paquete de azúcar, fideos o arroz. Son artículos de primera necesidad y el hurto lo realizan personas adultas cuando el comerciante repone mercadería o está distraído", aseveró Vanesa.

"Prácticamente, estos faltantes no se denuncian, porque conoce al vecino y sabe que lo hace por necesidad. Son gente grande, no adultos mayores que ellos directamente se apela a la solicitud de los alimentos y no al arrebato", indicó Ruiz.

En ese sentido, también subió el fiado y se incrementó la cantidad de gente que pide alimentos, en panaderías que terminan regalando a fin del día sus facturas, o verdulerías que hacen bolsones más económicos con lo que va quedando. "Hablamos de alimentos de primera necesidad. Y el comerciante termina haciendo un rol social fundamental", explicó a La Mañana.

Por esta razón, contó que los comerciantes están invirtiendo en mecanismos para hacer frente a la inseguridad, como rejas, monitoreo por cámaras y mayor iluminación.

Sin embargo, en el caso del enrejado, Vanesa Ruiz contó que con estas herramientas se pierde el contacto directo con la mercadería, lo cual hace que, en muchos casos, el cliente compre menos. "Le quita la posibilidad de la compra de último momento", explicó la gerenta del Centro de Almaceneros.