Especial La Nueva Mañana

La joven santafesina que fue una activa militante por la ley de interrupción legal de embarazo señala que durante el último año, por responsabilidad del oficialismo, no se pudo avanzar con legislación para prevenir la violencia machista.

- ¿La política está en deuda con el movimiento de mujeres?

- Yo creo que hay un proceso social y cultural que viene marcando una serie de cambios fuertes. En ese contexto la institucionalidad está muy atrasada. No hay avances para prevenir la violencia machista. Es muy difícil. Hoy seguimos discutiendo la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI). Hoy en Argentina hay sectores que se vuelven a manifestar en contra de la ESI y que buscan impedir su aplicación. Si no se aplica la ESI es muy difícil que se crezca con una mirada diferente a la que impera hoy. Ahí hay una falencia fuerte desde lo institucional.

- Más allá de aplicación de normas, las estructuras política no parecen acompañar el proceso…

- En las organizaciones políticas en general, pero en las tradicionales como son los partidos políticos y los sindicatos más, se puede ver que el proceso de transformación viene lento. Lo que sucede en esos casos es que hay que discutir privilegios que se cimentaron durante varias décadas. En este caso renunciar y correrse de esos espacios que ocupan va a ser un proceso largo. No sólo tiene que ver con una cuestión de género sino que también tiene que ver con una cuestión generacional, con tradiciones. Esas estructuras tienen, en su mayoría, al frente hombres de más de 40 ó 50 años. Me parece que esas son instituciones que expresaron determinada configuración social del siglo xx.

- Bueno, pero en el caso de movimientos sociales sucede algo parecido y tienden a representar otro momento histórico. La mayoría de los movimientos sociales, más allá de su anclaje político, tienen al tope de su estructura a hombres. ¿Por qué sucede esto?

- Es verdad. En el caso de los movimientos sociales hay que decir que tienen mayor flexibilidad a la hora de organizar. A los movimientos sociales también les pasa esto. Hay algunos que avanzan más rápido y a otros les cuesta más. Cuando se habla de los movimientos sociales se está hablando de un colectivo que es muy heterogéneo. Pero es verdad que ninguno, salvo alguna excepción tiene a la mujer en lugar más alto de la conducción.

- La agenda de género está instalada. ¿Cuál va a ser la incidencia que tenga en la campaña electoral?

- Yo creo que va a haber una incidencia que todavía hoy no se pude dimensionar o no se pude medir. Creo que el proceso de discusión del aborto generó una novedad en la política y generó un nuevo tipo de vinculación con las instituciones. A partir de ese debate hubo un montón de pibes y pibas que conocieron el Congreso, que supieron quiénes son los diputados y cuál es el proceso para la sanción de las leyes. Quizá hoy todavía no lo podemos medir pero algún grado de incidencia va a tener. También hay contenido que se va a ser distinto en la campaña. Pero ahí hay un desafío para el feminismo, que tiene que ver con no discutir una agenda segmentada. Hay que evitar discutir la agenda de género como algo sectorial y hay que incluirlo en el debate de una agenda de un país con igualdad de género como una política general. El desafío es que el debate se dé en el plano de la política a secas y que no sea un compartimiento estanco.

- ¿Cuáles son las deudas que tiene el Congreso con el agenda feminista o con el colectivo de mujeres?

- Hay un montón. Este año solo sancionamos la Ley Brisa, que es la norma que establece una reparación económica para los hijos de las víctimas de femicidio. De la agenda que demanda el feminismo en cuanto a la prevención de la violencia machista no pudimos sancionar ninguna ley. Trabajamos mucho en los proyectos y mucho en las comisiones pero nunca fueron incluidos en el temario de las sesiones. Ni siquiera se pudo tratar el tema de los derechos laborales y económicos para las mujeres pese a que (Mauricio) Macri lo dijo en la apertura de sesiones de este año. Volvemos al principio: las instituciones están muy atrasadas.

- Si se trabajaron los proyectos, si se avanzó con la discusión en comisión, ¿por qué no se pudo seguir adelante? ¿Dónde se frenaron los proyectos para que no puedan ser debatidos en el recinto?

- El que frenó la agenda de género este año fue el Poder Ejecutivo. La agenda de acuerdos con orden del día. Nosotras trabajamos los temas, generábamos el acuerdo pero el Ejecutivo cambiaba la agenda. Solo incorporó en el temario el debate por la ley del aborto. Este año fue el gobierno el que marcó casi con exclusividad la agenda del Parlamento. El oficialismo decidió no incluir ninguno de los temas de la agenda del feminismo ni el periodo ordinario ni en la convocatoria a extraordinarias.

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