El día 31 de marzo se conmemora en todo el mundo el día del Cáncer Colorrectal (CCR). En una fecha clave para concientizar a la población, promover la difusión y alentar el diagnóstico temprano de uno de los canceres más frecuentes después del de mama y próstata.

En Argentina, el cáncer colorrectal (CCR) ocupa el tercer lugar en incidencia entre todos los cánceres para ambos sexos, mostrando una tendencia ascendente. La tasa de mortalidad de CCR cada 100.000 habitantes en Argentina fue 18,3% para hombres y 15% para mujeres en el año 2012. 

El cáncer colorrectal es una enfermedad maligna que se asienta en el intestino grueso o colon, o en el recto.

Esta enfermedad por lo general tiene una etapa en donde no hay síntomas clínicos como dolor, dificultades para ir de cuerpo o presencia de sangre en la materia fecal. En esta etapa asintomática con pruebas de laboratorio como el test de sangre oculta en materia fecal o la colonoscopia se pueden detectar lesiones, comúnmente llamados pólipos que con el tiempo pueden malignizarse. El hecho de que estas lesiones preceden por varios años a la enfermedad es la que da la posibilidad de un diagnostico precoz.

Es uno de los tumores malignos más frecuentes,  y representa un problema de salud pública a nivel mundial. Sin embargo el CCR es uno de los más factibles de prevenir y curar. Cuando es detectada en una fase temprana las posibilidades de curación son superiores al 90%.

Los factores de mayor riesgo de CCR se relacionan con la edad, la herencia, la dieta y los estilos de vida, estas últimas modificables a través de estrategias de prevención primaria.

En concreto, el consumo de carne roja con demasiada cocción o en contacto directo con el fuego puede incrementar el riesgo; sin embargo la leche y otros productos lácteos, el pescado, las frutas y vegetales podrían tener un efecto protector.

Otros factores de riesgo modificables identificados son: la obesidad, el consumo de tabaco, la ingesta de alcohol y la inactividad física.

A la población sana puede dividirse en dos grupos:

1- El primer grupo representa el 70 u 80% de los que pueden padecen cáncer de colon esporádico y que no tienen antecedentes familiares o condiciones patológicas previas para su aparición. Estos individuos,siempre a partir de los 50 años,deben ser controlados con las estrategias de revisión menos intensas: esto es, sangre oculta en materia fecal por métodos inmunológicos una vez al año y colonoscopia cada 5 años.

2- El segundo grupo, que es el de alto riesgo, representa el 20 o30 % de los casos. Se encuentran las personas que tienen antecedentes en su familia de cáncer de colon o alguna condición que les aumente el riesgo. Por ejemplo la enfermedad inflamaria del colon, la poliposisadenomatosafamiliar (afección hereditaria, en la que se forman numerosos crecimientos que sobresalen de las membranas mucosas),el síndrome de Lynch o cáncer colorrectal hereditario no asociado a poliposis, o antecedentes personales de pólipos o cáncer de colon.

De estas condiciones nombradas anteriormente la enfermedad de Lynch representa una condición especial.

Esto es por que recientemente se puede diagnosticar a través de un estudio en la biopsia del paciente, por técnicas de inmunohistoquímica, alteraciones en ciertas proteínas.

Si estas son detectadas se considera que el paciente podría padecer el síndrome de Lynch y se debe realizar un estudio confirmatorio para detectar una alteración a nivel genético del tumor.

La importancia de esto es que, confirmado el caso, se puede advertir a los familiares para realizar estudios que determinen si son portadores de este gen. Haciendo que algunos deban ser evaluados más frecuentemente y otros puedan tener la tranquilidad de encontrarse en el grupo de bajo riesgo.

Estos estudios hoy se hacen en Córdoba y deberían convertirse en rutinarios, ya que detectar a esta población proporciona una oportunidad de llegar a las personas de mayor riesgo y así tener la posibilidad de diagnosticar esta enfermedad en forma precoz.

Por lo tanto es fundamental para el control del CCR mejorar los procedimientos en todas sus etapas desde el diagnóstico temprano hasta el tratamiento de la enfermedad. Hoy en el mundo, así como anteriormente fue el Papanicolaou (PAP) y la mamografía, se debe comenzar a crear una conciencia con respecto al diagnóstico precoz de esta enfermedad.

La Fundación Oncológica Córdoba trabaja desde hace tiempo en formar e informar sobre hábitos saludables de vida y alimentación, tendientes a disminuir la incidencia del cáncer, ante factores de riesgo conocidos (como el tabaquismo o el sobrepeso). Así como también en gestionar y colaborar en la organizaciónde campañas de detección precoz del cáncer, con la certeza de que, a través de los controles, se puede avanzar en la localización temprana del cáncer y así disminuir la mortalidad.