El jugador es uno de los referentes del presente pirata en la Liga profesional. Juega en su posición de mediocampista, pero se adapta a distintos puestos y esquemas.
Ed Impresa 21/04/2023
Marcos J. Villalobo
Días atrás en una mesa futbolera, de esas que abundan en el país de los campeones del mundo, se debatía sobre los jugadores polifuncionales. “Los jugadores de hoy tienen que saber jugar en todos los puestos”, exponía uno; otro decía que no, que “un polifuncional es un jugador que juega mal en todos lados” (frase que alguna vez sentenció el ‘Bichi’ Borgui), y un restante estiró el debate con la vieja frase: “Hay que poner el sillón en el living, el inodoro en el baño...”
Todos tienen su frase, creen tener “la” verdad y, por eso, el fútbol es tan apasionante: conviven todas las realidades.
Pensando en este debate que jamás se concluirá, me permito citar una frase del siempre sabio César Luis Menotti.
El “Flaco”, técnico de la Selección argentina campeona del mundo en 1978, supo explicar: “… de fútbol y de tácticas no se puede hablar sin dar nombres propios. Es como hablar de autos. Una camioneta 4x4 es polifuncional, pero para correr a 250km/h necesito un BMW. La especialización es irreemplazable en el fútbol, en la ciencia y en todas las actividades de este mundo”.
Entonces, ahí entra Ulises Sánchez. Le damos nombre propio y contexto. El jugador de Belgrano ha sido fundamental en el crecimiento de Belgrano en la Liga Profesional y su rol en la cancha vuelve a exponer una buena versión de un futbolista capaz de adaptarse a diversas posiciones.
“Soy la más perfecta imperfección”, supo declarar tiempo atrás el jugador oriundo de Río Segundo. No es una frase más. Es una sentencia que invita a pensar en que nada es casualidad.
De pibito y adolescente anduvo por cinco escuelas de cuatro ciudades distintas. Y de niñito, también, anduvo con distintas casacas. Siempre en pos de sus sueños futboleros. Comenzó jugando en la pequeña localidad de Seeber, en el noreste de la provincia de Córdoba. Era un infante cuando para tener más rodaje se fue a vestir la camiseta de Club Social y Deportivo Brinkmann, a 14 kilómetros de Seeber. A los 10 años su familia se instaló en Río Segundo y comenzó a jugar en Juventud Católica de esa localidad. Con tan sólo 13 años dejó su tierra natal para ir a Santa Fe a jugar a las divisiones inferiores de Colón. Le costó el desarraigo, extrañó mucho a su familia y al año se volvió. Sin embargo, debido a sus condiciones, rápidamente se sumó a las formativas de Belgrano, en las que hizo todo el proceso. Llegó al “Pirata” en edad de Octava de AFA, aunque él jugó mucho tiempo en el equipo que participaba en la Liga Cordobesa, hasta que se ganó un lugar para jugar el certamen de AFA recién en Cuarta división. En el “Celeste”, los primeros años viajaba todos los días, a veces lo llevaba su mamá o su hermana o el padre de Colazo, que también es de Río Segundo, o el padre de Tomasetti, que es de Oncativo. Muchas otras tantas viajaba en colectivo: una hora desde Río Segundo hasta la Terminal de Córdoba y después 40 minutos en otro colectivo hasta la YPF y de ahí a hacer dedo para que algún compañero lo lleve hasta el predio de Villa Esquiú.
Y en el 2019 debutó en la Primera de Belgrano, en un partido ante Alvarado, en el Gigante de Alberdi, por la Primera Nacional. El 23 de julio de ese año firmó su primer contrato como jugador profesional.
Desde entonces comenzó a mostrar su faceta de polifuncional, de acuerdo a los requerimientos de los entrenadores de turno. Lo promovió al plantel mayor Alfredo Berti, pero fue Julio Constantin quien lo hizo debutar. Por aquel entonces era un mediocampista ofensivo. Luego, llegó Ricardo Caruso Lombardi, que primero lo usó de volante hasta que un día le pidió que jugara de lateral derecho en una práctica. Y fueron varios entrenamientos, donde lo hizo muy bien. Sin embargo, siempre que entraba en los partidos era de mediocampista ofensivo. Pero cuando llegó Guillermo Farré lo empezó a poner en diferentes puestos de la cancha, y en todas rindió. En el ascenso, de la temporada pasada, debido a la lesión del “Colo” Barinaga, se destacó como marcador de punta derecho. Aunque también supo jugar de interno, de extremo, de volante central y hasta de marcador de punta por izquierda.
Ahora en Primera está jugando en su posición: volante ofensivo. Y su nivel es aplaudido por propios y extraños. Es que está jugando en el lugar donde se siente más cómodo, donde logró ganarse un lugar en Colón y en las formativas del “Pirata”, con proyección ofensiva, pero siempre colaborando y siendo solidario con el aspecto de recuperación del equipo.
“Hay que hacer lo mejor para el equipo”, suele repetir “Uli”. Por eso es capaz de adaptarse, de ser un jugador capaz de solucionar problemas ofensivos como defensivos. Es un nombre propio de los pocos jugadores realmente capaces de ser polifuncionales. Su historia, su sacrificio, son argumentos que sustentan su nivel.
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