Sueños futboleros, hermandad que nada puede quitar

Jeremías, José y Nicolás Zenón la rompieron, en su momento, en las inferiores de Instituto, Belgrano y Talleres, y hoy juegan juntos en la Liga Regional Riotercerense de fútbol.

Deportes 05/09/2018 Marcos J. Villalobo Marcos J. Villalobo
ZENON
Los tres hermanos con la casaca del Fitz Simon de Embalse. Foto: Mundo Deportes - Embalse

 “A veces la felicidad está ahí, al lado nuestro y no nos damos cuenta”.

¡Gran frase! No la dijo un filósofo y tampoco un religioso. No la escribió un autor de libros de autoayuda, ni la expresó un gurú de la nueva era. No. O tal vez lo dijeron, pero en esta historia. El que expone esta sentencia con alegría es un futbolista que acaba de cumplir un sueño en su tierra. La dice y le pone énfasis un jugador de fútbol que soñó con las grandes ligas, pero su sueño lo obtuvo en un torneo regional del ‘interior’ de la provincia de Córdoba.

 ¡Gol!

La noche previa a cumplir esa meta en una cancha de Hernando, Nicolás Zenón recordó sus días en las inferiores de Talleres, en las formativas de Belgrano y en su periplo por México. Rememoró aquellos partidos y sonrió. 

En esa noche previa, Jeremías apoyó su cabeza en la almohada y con una sonrisa se acordó cuando eran unos niñitos y jugaban en el patio de su casa junto a Nico y “Cota”, donde el portón era el arco. Se rió. “Jere” nunca se dio por vencido en el futbol, ni cuando las adversidades le decían que era imposible. Soñó en las inferiores de Instituto, se ilusionó cuando debutó en Primera con Talleres, mantuvo esas esperanzas en los torneos federales. Jeremías Zenón agradeció a Dios cuando en el vestuario de Fitz Simon vio que a su lado se estaban cambiando junto a él sus hermanos más chicos.

 “Los veía y decía qué lindo que es estar compartiendo con ellos después de mucho tiempo de estar alejados. Compartir vestuario, una cancha, los mismos colores y ganar. Pensaba en todo el sacrificio que hicieron mis viejos. Gracias a Dios, y a ellos somos lo que somos. Y sí, los otros chicos en el vestuario tiraban algún chiste, diciendo cuál de los Zenones (sic) era el mejor”, relata, sonriendo, Jeremías.

 ¿Cuál será el mejor? ¿Importa? No obstante, Jere se adelanta a cualquier suposición: “Me parece que el Cota era el mejor, las lesiones le jugaron en contra”.

 ¿Quién es el “Cota”? Es José Zenón, el hermano del medio en esta historia que tiene como origen las canchitas de los barrios de Embalse de Calamuchita. Pero los amantes del fútbol de inferiores rápidamente asociarán este nombre a aquel Talleres juvenil que en un mismo equipo tenía a Cristian Pavón, Emanuel “Bebelo” Reynoso y Victorio “Pipe” Ramis. “Cota” Zenón era una de sus figuras. Pero las lesiones le jugaron una mala pasada en su camino a Primera. Aquellos que conocen de las formativas albiazules lo resaltan.

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"Cota" Zenón está abajo, en la punta, abajo de Ortega. Otro de esa división que debutó en el fútbol profesional.

¿Pero, por qué esta historia? La razón es que el fin de semana pasado, por la Liga Regional riotercerense de fútbol, Fitz Simon de Embalse visitó a Independiente de Hernando con la particularidad de que en el sector derecho de su equipo, los tres eran los hermanos Zenón: Nicolás de lateral, “Cota” de volante y Jeremías de extremo. Todos por derecha. Y tal es que, el primer gol del partido se originó por esa banda.

 “El primer pase fue de Jere. Estábamos atacando y me da el pase sobre la línea de lateral cerca del área de Independiente, me acuerdo que quede mano a mano con el tres, le amagué y me hizo falta. Después de ahí viene el centro de tiro libre y gol para el Canario. Sentís un orgullo, una emoción que no se puede explicar y más sabiendo que es para Fitz Simon.  A veces la felicidad está ahí al lado nuestro y no nos damos cuenta”, relata Nicolás.

Disfrutar del fútbol. Reírse. Un pase. Varios pases. Un gol. Un abrazo. El vestuario. Las risas. Los sueños del fútbol y un oasis en el caos de la realidad. Fitz Simon ganó ese partido en condición de visitante. Fue un partido histórico, para ellos; no para el club, porque el récord de hermanos jugando en el primer equipo del elenco embalseño lo tiene la familia Gil. Fue una tarde soñada para los Zenón. Y el "Canario" ganó. En el pueblo, por ende, se celebró.

En el vestuario, uno de los ocurrentes tiró: “Falta que entre a jugar tu viejo y tu vieja”. Todos celebraron el chiste. Afuera estaba Alberto, el papá. Feliz. En casa, engripada la Gaby escuchó el partido por la radio con los ojos llenos de emoción. Ellos también habían cumplido un sueño; porque a veces la gloria no está en los partidos de la tele, sino que a la vuelta de la esquina, en la cancha del pueblo. 

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