Libertadores: Matías Esquivel y un grito vertiginoso en el Kempes

El delantero entró a los 11 minutos del segundo tiempo, y ocho minutos después marcó para la victoria de Talleres ante Sporting Cristal por la tercera fecha del Grupo H.

Deportes 26/04/2022 Marcos J. Villalobo Marcos J. Villalobo
Esquivel Talleres gol
Esquivel hace corazones y dedica su gol. Foto: Conmebol.

Vértigo. Matías Esquivel aporta vértigo. Y su entrada en el partido de Talleres ante Sporting Cristal fue a puro vértigo.

Por la tercera fecha de la Conmebol Libertadores, el Albiazul se enfrentó al elenco peruano en el estadio Mario Kempes y Esquivel fue protagonista por esa virtud, que a veces le juega en contra. Esta vez, tuvo esos condimentos desde los dos extremos. Pero terminó celebrando y haciendo festejar a los cerca de 40 mil fanáticos de la “T” en el coliseo provincial... y a los cientos de miles en toda la provincia que lo vieron por TV o escucharon por radio; y, también, en tiempos virtuales, a los que lo siguieron por internet.

Al margen, lo cierto es Esquivel fue el protagonista de tales festejos.

El ex delantero de Lanús ingresó a los once minutos del complemento, cuando el juego estaba igualado 0-0. Sporting con su oficio controlaba los tiempos, pero Talleres crecía en su juego y en sus intenciones ofensivas. Caixinha mandó a la cancha a Esquivel y llegó el vértigo que el ataque necesitaba para ser complemento del otro veloz (Matías Godoy, que ingresó por Valoyes lesionado).

Cinco minutos pasaron para que esa sociedad expusiera lo que pueden brindar. Corrida y desequilibrio por derecha del ex Instituto, eludiendo a dos rivales, dando el pase hacia atrás, entró con todo Esquivel... y la pelota se fue por arriba del travesaño. El gooouuuu bajó desde las tribunas. Increíble que esa jugada o terminara en gol.

Pero a los 19 minutos del segundo tiempo llegó la revancha. Ruptura de líneas, jugada colectiva, pases, toques, apertura hacia la derecha, centro, choque de cabezas, rebotes, indecisiones, Esquivel no dudó, ejecutó, 1,2,3, 14, vértigo, gol. Ya no hubo grito ahogado. Hubo un grito alocado. Gol de Esquivel, celebración grupal.

Y triunfo. Un gol que valió oro y, casi, asegura el objetivo internacional de seguir siendo internacional.

Te puede interesar
Lo más visto