Adiós a Marcos Domínguez, el custodio eterno del cerro Negro

El antiguo poblador del Valle de Calamuchita falleció este domingo, a los 107 años. Desde 1949 fue fiel custodio del cerro Negro o Totora y de las más puras raíces serranas.

Córdoba 29/06/2020
Marcos Domínguez by gentileza
Marcos Domínguez falleció este domingo, a los 107 años. Foto: gentileza

En silencio, como vino, se fue el domingo de este mundo Marcos Domínguez, el poblador serrano que desde 1949 custodiaba el cerro Totora o Negro y las más arraigadas costumbres serranas. Propietario del puesto que lleva su nombre, al pie del Negro y muy cerca del hermano mayor llamado Champaquí, Domínguez transitaba los últimos años de unos 107 bien vividos reposando en su cama y asistido por familiares cercanos.

Su partida causó congoja en todo el Valle de Calamuchita, y muy especialmente en los senderistas y amantes de los deportes al aire libre que alguna vez pernoctaron en el refugio serrano.

Criollo de ley, don Marcos gustaba contar que en ese rincón de Calamuchita “hace más frío ahora que antes” y gastaba las horas trenzando algún cuero o hilando lana en su huso casero. Ya no atendía al público, había delegado la conducción del puesto  en su sobrino Jorge, un hombre llano que hace añares que no baja siquiera a Villa Alpina y que siempre está dispuesto a dar un consejo o las indicaciones de rigor a los montañistas que llegan a la zona.

Durante más de siete décadas, Domínguez fue el guardián del Negro, un cerro majestuoso de 2660 metros de altura desde cuya cumbre se aprecian las mejores vistas del valle de Calamuchita, de un lado, y de Traslasierra del otro.

Sin estrés ni urgencias, en su amplio y luminoso refugio don Marcos solía recordar los tiempos en que arreaba su propio ganado y cazaba pumas –“leones”, para los lugareños-, que cada vez se ven menos. Allí, lejos de todo y tan cerca a la vez, este centenario de rostro agrietado vivía en armonía con la naturaleza, tomaba agua de vertiente, generaba su propia energía con paneles solares y consumía la carne de sus animales.

A él, cuya luz se apagó este domingo 28, le dedicó una canción el dolorense José Luis Aguirre, que en “Más de cien inviernos”, le tributa: “Enséñenos Don Marcos, enséñenos padrecito como se vive tanto, con tanto y tan poquito”.

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