Creció un 50% el consumo de psicofármacos en los últimos 10 años

Así lo indican desde el Colegio de Farmacéuticos de Córdoba, donde además preocupa el incremento del mercado informal de medicamentos y la ingesta de fármacos cada vez mayor en niños y adolescentes. “Tenemos una sociedad altamente medicada”, advierten.

Córdoba 31/07/2017 Miguel Ángel Perin
Psicofarmacos - Ilust Leandro Cirico
Fotomontaje: Leandro Cirico

chapa_ed_impresa_01

Por Miguel Ángel Perin

La sociedad pareciera haberle perdido el respeto a los medicamentos y los consume buscando resolver o aliviar, principalmente, crisis relacionadas a lo emocional. La automedicación y el acceso a través del circuito ilegal provocaron en los últimos años el avance de una problemática que se traduce en la intervención del sistema de salud, atendiendo las emergencias que se generan. Y lo más preocupante es que el consumo indiscriminado es la puerta de entrada a las adicciones para la población de niños y adolescentes, ya que la edad de inicio es cada vez menor.
“La primera alarma que vimos es que en los últimos 10 años el consumo de medicamentos psicotrópicos creció un 50 por ciento. Es lo que nosotros podemos detectar en nuestros mostradores, que es el canal lógico, el canal legal: la prescripción médica y la dispensa farmacéutica. Pero también decimos que hay un canal muy grande, paralelo, por eso tratamos de concientizar al Estado para que tome medidas más extremas en cuanto a los controles”, refirió Germán Daniele, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba.

“Hace tiempo que vemos con mucha preocupación cómo crece en la sociedad el consumo de medicamentos, no sólo en los canales ilegales, sino que también en nuestras farmacias crece el consumo prescripto de medicamentos psicofármacos”, agrega Daniele. El titular de la institución que agrupa a los farmacéuticos describió el panorama: “Hoy tenemos una sociedad altamente medicada. Está muy arraigado en nuestras costumbres el uso de medicamentos. Todas aquellas situaciones que antes se resolvían con el tiempo, cuestiones emocionales, hoy recurrimos a la medicación para aliviarlas”.

Farmacias y compromiso social

Para el Colegio de Farmacéuticos, el problema central es que se llegó a un punto en que, para acceder a medicamentos, ya no se apela al asesoramiento de un profesional capacitado.
“También empezamos a ver que muchas de las adicciones empezaron a generarse por los medicamentos, y cómo esos medicamentos son como el umbral para las otras drogas ilegales. Como el medicamento es legal, se transforma en la puerta de ingreso para las drogas ilegales”, remarcó.
Por otro lado, Daniele indicó que en la institución se comenzó a debatir sobre esta situación, generando un ámbito para establecer un compromiso con la sociedad. “Empezamos a dar un debate interno con los farmacéuticos, con respecto a tomar esto más responsablemente”, aseveró.

Para cuestiones emocionales, que antes se resolvían con el tiempo, ahora se recurre a la medicación.

A partir de esto se decidió organizar foros con el acompañamiento de profesionales especializados, recorriendo todo el territorio provincial, llevándolos a cada cabecera de las seis delegaciones que tiene el colegio. Es así que ya se realizaron actividades en las ciudades de Córdoba, Río Cuarto y San Francisco.

Cambio de tendencia

La médica especializada en Toxicología Nilda Gait colabora con el Colegio de Farmacéuticos en esta cruzada para concienciar a la sociedad. Desde su experiencia en hospitales públicos tiene una clara visión de lo agudo del problema y lo vuelca en cada foro que participa. “Años atrás, en los centros de toxicología y en hospitales públicos se observaba que había abuso de analgésicos. Sin embargo, desde hace dos años, la estadística pone en evidencia que las sustancias que motivan más atenciones son las benzodiazepinas.

Gait brindó un crudo reflejo de la realidad al manifestar que en los últimos tiempos hubo 47 casos de intoxicación con medicamentos contra 32 de pacientes afectados por drogas ilegales, que fueron atendidos en el Hospital de Niños de Córdoba.
“En la grilla teníamos antes, primero a los analgésicos, y lo último eran los tranquilizantes. Hoy tenemos tranquilizantes, tenemos antidepresivos también”, sostuvo la médica.
“Eso tiene un porqué. Hoy se encuentra en cualquier casa, en cualquier mesita, y no solamente por una indicación médica sino que se compra para el estrés, para la hipertensión, para un estado de ansiedad, para la gente que tiene problemas cardíacos y, por último, que me pareció una barbaridad, para que sepa la gente, es que los chicos para poder rendir las últimas materias lo están tomando para ir en condiciones, relajados. Pero no pueden rendir porque tienen esa amnesia anterior”, aseguró Gait.

Mezclas peligrosas

Uno de los riesgos con resultados imprevisibles es que los adolescentes emplean los medicamentos mezclados con alcohol. Según lo que se ve en los hospitales, las condiciones en que quedan tras el consumo los exponen al abuso sexual y a violaciones.
“Esto depende de la cantidad que tome. Si tomó uno, dos o tomó tres, el paciente puede entrar solamente con un síndrome de borrachera o en estado de coma y sopor. Y encima a esto le mezclan la famosa ‘jarra loca’. Y ahora viene la ‘jarra atómica’ y la ‘jarra energética’, a las que le agregan lavandina a la ‘atómica’ y líquido de frenos a la ‘energética’. A mí me cuesta mucho sacar el paciente porque yo no lo puedo lavar, porque yo produzco mayor daño si lo lavo”, manifestó Gait.

Puerta de entrada a estupefacientes

El cuadro se complica aún más con el uso de sustancias como la marihuana y la cocaína, ya que se observan casos de afecciones cardíacas, hemorragias a nivel cerebral y traumatismos concomitantes derivados del consumo de cocaína. En tanto, como consecuencia del uso de marihuana, se advierten alteraciones en el sistema inmunológico por lo que, después, cualquier otro agente patológico puede afectar a esa persona.
“También se ha introducido lo que hace años no se veía, que es el ácido lisérgico (LSD) en nuestros niños. Lo veíamos en los adultos y ahora lo estamos viendo en los chicos. Así como el éxtasis que también está apareciendo”, advirtió la doctora Gait.

Hoy hay muchas niñas de 14 años, embarazadas, que a veces consumen no solamente medicamentos, consumen drogas y también hay casos de intento de suicidio.

“Yo estoy hablando de una población que tiene como media 12 años”, resaltó.
“Creo que debemos trabajar todos así y empezar a conjugar otra palabra, yo hablo de enfermedad, porque cuando nuestra sociedad deje de tener miedo tanto al consumo de drogas como de medicamentos, va a pedir que se los trate, que se los acompañe, que se los contenga”, reflexionó la toxicóloga.

Hipotecando a las nuevas generaciones

La experiencia en hospitales pediátricos que acumula la doctora Gait le permite establecer que la franja etaria expuesta al consumo de estupefacientes va desde los 8 a los 15 años.
En el caso del uso de medicamentos, la profesional considera que se puede hablar desde los primeros días de vida, cuando la mamá automedica al bebé por dolores de panza o de cabeza y de 1 a 5 años, en lo que se considera que es la etapa de consumo accidental, al acceder a remedios que están al alcance de la mano en el hogar.

Dentro de la franja de 8 a 15 años tenemos a quien lo hace para probar alguno de esos productos, al que directamente se automedica con el tranquilizante y, sobre todo, los adolescentes que buscan las mezclas para lograr “sensaciones diferentes”, que se da en la franja de 13 a 15 años.
Sin embargo, al dramatismo del cuadro descripto por Nilda Gait le falta otro elemento. “No debemos olvidarnos de las embarazadas. Hoy hay muchas niñas de 14 años embarazadas que a veces consumen no solamente medicamentos, consumen drogas y también tengo casos de intento de suicidio”, agregó.

Escapar de la realidad

En adultos, los cuadros pasan por intentos de suicidio utilizando neurolépticos, que son psicofármacos mayores como los antidepresivos, las carbamazepinas, que pueden causar la muerte o se emplean en intentos para llamar la atención.
“El último fin de semana tuve una chica que se tomó 60 pastillas de un inductor del sueño y un analgésico, paracetamol, que es muy hepatotóxico, pero ella tenía intenciones de morir. Si hubiese sido nada más que un llamado de atención se tomaba el tranquilizante”, apuntó la doctora Gait. El peso de la frustración, los reveses cotidianos que plantea la vida contemporánea, con su mezcla de inseguridad por el presente, ya sea en lo laboral o lo afectivo, los condicionamientos para acceder a una mejor calidad de vida y la cada vez más difícil convivencia son los impulsos que llevan a buscar una alternativa en el consumo de medicamentos para atenuar esa pesada carga.
Recuperar el respeto al medicamento
Para el presidente del Colegio de Farmacéuticos, la sociedad debe volver a sentir respeto por la medicación. “Acá lo que estamos tratando es sobre productos que tienen incidencia directa sobre la salud humana. Entonces hay que tenerles el respeto necesario y hay que recurrir a los canales lógicos y normales para que esta medicación termine teniendo resultados terapéuticos y no efectos nocivos”, indicó Germán Daniele.
Los indicadores marcan que el principal daño se produce en la porción más sensible de la sociedad. Los niños y jóvenes afectados por esta problemática plantean un serio interrogante sobre la vida que llevarán con el paso de los años.
El desafío pasa por revertir esa cultura de que todo lo podemos enfrentar químicamente, con ayuda de sustancias. También pasa por aprender a quererse y cuidarse responsablemente y para ello, los adultos de hoy, los padres, las instituciones, deben comprometerse por el bienestar de los que atraviesan las etapas tempranas de la vida.

 

...

Tapa Edición Impresa

Seguí el desarrollo de esta noticia y otras más,
en la edición impresa de La Nueva Mañana
 
[Desde junio en todos los kioscos de la capital de Córdoba]


Últimas noticias
Te puede interesar
Lo más visto