Selección argentina: que la euforia mínima no tape el bosque

No hay que dejarse llevar por la leve primavera de Scaloni y este grupo. Brotes que deben fortalecerse, sin necesidad de la grieta entre la vieja guardia y los renovadores.

Deportes 22/11/2018 Federico Jelic Federico Jelic
argentina mendoza
Los festejos del final tras la victoria ante México dejan en claro la intención de cambio de página en AFA. Foto: gentileza Mendoza Post.

Que las sendas victorias ante México no invadan de euforia desmedida en los ámbitos de la Selección argentina, donde siempre la pasión del hincha y por lo general, de la dirigencia también, analiza los últimos cinco minutos de la película. Que los festejos auspiciosos de Mauro Icardi y Paulo Dybala, quienes por primera vez anotaron con el escudo argentino, no los exija a ser los líderes de la renovación tan pedida, más allá del entusiasmo que esto genera.

Porque desde AFA no hay un plan ni un proyecto a la vista y se terminaron conformando o mejor dicho, improvisando con eso de que Lionel Scaloni sea el DT hasta la Copa América en Brasil no haga estrellar las ilusiones contra la pared, después de que siga imperando el odioso "que se vayan todos" y que esto sea cierta primavera como para tapar el olvido. Porque después el invierno pondrá todo en su lugar ante la falta de sustento.

A saber:  no es el mejor contexto ni el parámetro indicado para jerarquizar o juzgar a Scaloni, quien de buena fe se hizo cargo del interinato tras la salida de Sampaoli y la acefalia reinante. Solo Brasil y Colombia fueron algo parecido a una medida a la altura  y no se les pudo ganar. Tampoco es tiempo para exigir resultados inmediatos y está claro que hay un proceso en formación, con apariciones saludables como Renzo Saravia, Gio Simeone, Juan Foyth, Franco Cervi, más otros elementos del ciclo anterior sin tanta continuidad como Gio Lo Celso, Leandro Paredes, Lautaro Martínez, más la responsabilidad que empezaron a asumir Icardi y Dybala.

Pero no alcanza, hay que ser sinceros. El juego no fue bueno, más allá de las intenciones, ante un México clase B, que por momentos los complicó sin mucho criterio. Hay una idea, hay concepto pero está claro que no hay argumentos serios como para borrar todo el pasado y apostar de lleno, porque apenas se trataron de brotes, de manera irregular, que tampoco invitan a soñar con bases sólidas. Apenas una transición, no un cambio de página rotundo como quieren señalar e instalar algunos vaya a saber con qué intereses.

El camino de ratificar a Scaloni puede servir para ir peldaño a peldaño, y también para que aquellos de la vieja guardia entiendan que hay Selección sin ellos, y que son invitados a sumar. Sobre todo Lionel Messi, que aún no se pronunció tras su descanso de la Selección, pero que es sin dudas irremplazable y necesario en esta nueva etapa si se quiere soñar.

Porque nadie se gana un lugar desde la solidaridad. La Selección Argentina no es una fundación. Este acercamiento a la gente, no es demagogia pero tampoco le garantizará un lugar en el equipo a nadie, ya que se los debe juzgar y calificar desde su acción en la cancha, no en hospitales, más allá de las buenas intenciones de caridad. Entre el equipo del "club de amigos" de Messi y este de toda la gente y del compañerismo como sentenció Icardi, no va a sobrevivir demasiado si no hay resultados.

Sin embargo mientras en AFA sigan parchando el proyecto, sin saber el rumbo y sin brújula en el horizonte, ninguno de los grupos de la supuesta "grieta" entre los nuevos y los viejos  van a sobrevivir demasiado  en el tiempo si quienes toman decisiones se dejan llevar por aprobaciones en acciones mínimas como para quedar bien con la gente, que como todos sabemos, la mitad no pagó entradas para los duelos en Córdoba y Mendoza.

 

 

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